XII. "Tempus fugit"

Lucia Rodriguez Lopez

No hacía más que el gesto rendido

de tantos años,

mas su boca sedienta de amaneceres

cantaba a veces bajo las sombras.

Frecuentaba los pasos de la niebla

donde una vez se vieron

estoicas ramas sin voz difunta,

mas solo una venció al silencio

remontando cada cueva ahondada

por el azar de los días.

Ese suelo cernido sobre los astros

del que lentamente van llorando

amarillentas plumas.

Esa postrera oración que mana

con nocturnidad hacia la angustia.

Toda esa juventud inclinada

como un salto presuroso

entre enhiestas columnas de acero.

El desamparo forjado en el beso

con que se amortajan los cabellos

trémulos y cenizos.

Llegarán las rosas que se apiaden

al verte gritar al oído de la tierra,

mas lejos quisiera yo cada grano,

cada mal que bebe insaciable

de tu vida.

Aunque no digas ni sed ni hambre,

yo contestaré con el amor

entre los dientes.

Aunque no exista razón para murmurar

bajo un techo soñoliento,

yo erguiré la lengua ante los muros.

Por besar la paz en tus manos pálidas

como emigradas a otro norte,

daría hasta mi cuerpo si en él nacieras

otra vez como el mar, como la brisa.

 

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Comentarios +

Comentarios1

  • Sinediè

    912

    Para mi vivo oído las Hojas-conferían-
    las zarzas - eran Cascabeles -
    no podía hallar un Sitio Aparte
    de Natura, sus centinelas -

    Si en Cueva Pretendía yo esconderme
    Paredes - poníanse a hablar -
    Creación semejaba una gran Grieta-
    para hacerme visible-

    Emily Dickinson

    • Lucia Rodriguez Lopez

      Grandes palabras. Agradezco su comentario.

      Un saludo.



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