EMPIRE WINDRUSH - 1954

Verano Brisas


AVISO DE AUSENCIA DE Verano Brisas
Ninguna


Mientras columnas de humo escapaban por los aires

de las entrañas del buque,

un estruendo sin fronteras se apoderaba del casco.

¡Fuego a bordooo! ¡Explotaron las calderaaas!

 

Su rostro estaba quemado y totalmente ennegrecido;

era una llaga sangrienta sobre la cubierta oscura.

 

Yo que siempre fui un marino soñador y decidido,

ordené con voz de trueno:

¡Recuerden el Birkenhead!

¡Primero las mujeres acompañando a los niños!

 

En tanto, aquel monumento de hollín,

de aceite y de tizne se doblegaba hacia el suelo

como una espiga de carne, entumecido y sin fuerza.

 

Esa noche era la última que navegaba en el mar,

porque en la próxima aurora,

cuando atracara en el puerto,

una mujer de ojos verdes y caderas como brasas

lo inmolaría en el dulce sacrificio del amor.

  • Autor: 000 (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 20 de diciembre de 2018 a las 11:32
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 11
  • Usuario favorito de este poema: El Hombre de la Rosa.
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Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Un hermoso poema has escrito hoy para deleite del portal estimado amigo Verano Brisas
    Un placer visitar tus letras
    Saludos de amistad
    El Hombre de la Rosa

    • Verano Brisas

      Gracias Críspulo por tus constates apreciaciones.
      Recibe mi cordial saludo.



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