Cuando tomamos las perecederas horas
y nos reímos de ellas,
temen de nuestra eternidad
en su burbuja de diamante mi doncella esta.
Y se acaba el tiempo
y cae como una gota de despertar
que por tanto hoy por mañana, por mañana por ayer
volvemos a otro tiempo por el atardecer.
Comentarios1
Nada es eterno, buenos versos , saludos
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