Donde quedó la mañana
aquel amanecer, radiante
que mira a lo lejos el tiempo,
como lentamente se aleja
dando paso a los compases tristes
de la vida fría.
Vita nouva
al decir de los poetas,
vita tristi
para el que observa
como la desolación nos llega
como una marea de besos ácidos
de lluvia ardiente.
Enciendo el fuego por las noches
entre letras que se alejan
a la soledad que las acoje
como el lodo que acoje al loto.
Intento sostener la luz,
intento quemarme en la llama
para sostener una pizca de esperanza
de que la felicidad pueda existir
para quien no ha visto aun
a los demonios,
a los hombres.
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar [email protected] Regístrate aquí o si ya estás [email protected], logueate aquí.