Misión.

La misión era desnudar su alma,

bajo aquella luna llena.

¡Pero! jamás se percató, que al adentrarse

en la aventura...le iba a maravillar tan bello ser.

 

El plan era conocer al ser que a más de diez

¡tenia a sus pies!, la duda de como una sola

mujer podía envolver, se resolvía al ver de frente,

a lo que los dioses llamaron ¡Perfección!.

 

Decían que Afrodita envidiaría la belleza de

esa mujer tan misteriosa, que la misma Cleopatra

quedaría admirada ante su seguridad e inteligencia.

 

Se basaban en la palabra del público que

conocía a tan majestuosa obra de arte.

 

Era algo imposible decían algunos amigos,

¡No existe ser! que a más de diez

Pudiera hacer caer, ante sus encantos de mujer.

 

La misión era adentrarse al laberinto

de los secretos, donde más de una vez

admiraron aquella mujer.

 

A paso estratégico, bajo la luna llena,

la misión por nombre ¡mujer perfecta!,

Pasaba a terminar, por fallas en el sistema.

 

Se cruzó con unos ojos azules, tan bellos

como el mismo cielo, tan profundos

como el mismo océano.

 

Su cabello como cascada caía sobre tu espalda,

era una cascada de oro valioso, brillante y lujoso.

 

La sonrisa de aquel ser... se quedó grabada como

tatuaje en la piel, su mirada hacia al corazón suspirar,

no podía dejar de ver su belleza no terrenal.