Desde la última noche que la perdí

Joel Jaramillo

Capítulo I

 

Se que amaras a otros pero no amarás como me amaste, se que estoy loco, soy poco detallista, soy poco atento pero tu sabias que lo mejor que podía hacer era amar, pero una noche me dijiste adiós, el recuerdo me quedó como una espina clavada, te fuiste y sin mirar atrás, el silencio me invadió una lagrima casi delata mi tormento pero sonrerí para disimular que me dolía verte partir.
Después de una semana, aquella noche maldijo todas las noches pero solo de mi vida, porque tu sonrisa invade mi alma, te escribí una carta y prometí que sería la última pero al igual que tu rompiste tu promesa yo rompí la mía, pero disculpa si te lleno el buzón de cartas sin sentido, pero tendré la excusa de decir que tu le dabas sentido a mi vida.

Nunca amé tan fuerte como lo hice con tigo, nunca extrañé tan fuerte como lo hago ahora, y esperó no olvidarte pronto como lo haces vos.
Señora tristeza yo la quise y a veces ella también lo hizo, pero a la luz de la luna ella me dejó y no puedo olvidar eso, que loco ver todas las noches a la luna, tomar un café amargo, destender las sabanas recostarse y recordar que en una luna llena ella se fue, sin razón, sin motivo pero la perdono, quién desearía estar con una persona como yo.  

Dos semanas y te sigo extrañando, no me das señales de que volverás y en algunos momentos alucino porque veo tu silueta, y te veo a tí no me hace daño, me hace feliz pero justó cuando te voy abrazar te vas como el humo, te vas como un sueño sin recordar y no vuelves, ni tus recuerdos lo hacen, te busco en el infinito cielo, me pierdo en la inmensidad, me pierdo y te extraño. Se acaba el día y llega la noche sigo con mi café amargo, en una noche nublosa busco a la luna aunque sea imposible, en algunas ocasiones la encuentro pero de una u otra manera, esa luna es lo que más me hace recordar a tí.

 

Se que otro hombre te ama pero tu no lo haces, porque sabes que aún me amas a mí, quizás un día las ilusiones que me hago antes de dormir se hagan realidad de volvernos a encontrar en la primavera, quizás en el otoño, quizás en el invierno, o quizás en la manera menos deseada, pero en mis sueños te veo, eres la paz de mi alma y también eres la guerra de mi realidad, tengo el corazón roto, la tristeza larga pero el tiempo será parte de esto, porque podría amarte eternamente, o simplemente podría amarte hasta que de mi último suspiro. 
Tengo las ansias de que llegues en una noche lluviosa, tomés el café amargo de siempre, hago te recuestes en mis sabanas y que entre mis brazos encuentres ese calor que te hacía falta, pero las ansias me engañan porque llueve y no estás, porque abrazo y no te siento, porque tomo café y tu vaso esperá a por tí, pero el no sabe que no estás, solo esperá a que un día los sueños se vuelvan realidad.

 

Tres semanas y tres días, hasta cuanto más me toca esperar, ayer te mande otra carta y aún no has respondido las anteriores, pero seré paciente, porque las buenas cosas siempre tardán en llegar y si no llegan en el momento adecuado, el momento dejará de ser perfecto por eso espero porque eres buena chica, joder la mejor de todas y si alguien me dice que te describa en sola palabra yo diré -"amable", tal vez en esta historia tengas otra cara, pero en mi vida fuiste amable, y cuando partiste lo seguiste siendo solo que mi corazón no puede soportar que seas amable con otro hombre, y por eso tengo la descarez de decir que rompiste mi corazón.

... 

Continuará...

 

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  • Autor: Joel Jaramillo (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 14 de noviembre de 2018 a las 23:36
  • Comentario del autor sobre el poema: Espero que les guste esta historia, es una narrativa melancólica y si les gusta compartanlo con sus amigos y familiares para que no se pierdan el comienzo de algo grande.
  • Categoría: Triste
  • Lecturas: 64
  • Usuario favorito de este poema: Magallón.
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