No fue la Locura. (Si les gustan mis narraciones, no olviden pasarse por el canal de YouTube. Ahí hay Poe, Wilde, Bukowski...)

DiazAnula



No. No fue la locura lo que me llevo a hacerlo. Tampoco la ira, ni el odio, ni ningún sentimiento. Fueron las voces. Las voces que persistían día tras día hasta que finalmente me rendí a ellas y los maté.

Ahora tengo tiempo para pensar. Viajo hacia la obscuridad, hacia la muerte. Las cadenas que tanto tiempo llevo cargando han destrozado ya mis mermados pies y muñecas causando horribles heridas que apenas siento. Por a través de la ventana puedo ver la primavera misma; veo cómo la vida crece, cómo las flores habitan bajo la cálida luz del sol mientras las hojas de los árboles son mecidas por la suave brisa que supongo las acaricia... jamás volveré a sentir nada de esto.

Grotesco y cruel es el Dios que me ofrece como última visión del mundo aquello que jamás tendré, aquello que más anhelo; no es dichoso el vivo por estar vivo, ni siente el muerto al estar muerto, mas llora y llora el condenado, que él sí ve que la vida, con sus goces y pesadillas, se acaba y extingue. Cruel y grotesco es el mundo donde muero.

¡Ja! y piensan que estoy loco, o al menos eso dicen: ¡Loco! Como si por más llamármelo pudiera yo serlo... ¿Vería un loco la miseria que yo veo en la naturaleza? ¿Sería un loco capaz de morir y sacrificarse con tal de liberar a su familia? No, quien así me insulta lo hace desde la falta total de conocimiento, desde la necedad más absoluta; ellos se creen cuerdos, es más, en su locura se denominan cuerdos, y apenas ven que eso les condena. ¿Quién sino un loco podría querer ser más cabal? ¡Ja!

Oigo ahora el chirriante y horrendo canto de los pájaros, que abandonan sus nidos con la primera luz del alba. Los rayos de sol crean un dantesco espectáculo de sombras con las copas de los árboles y las colinas circundantes; yo, con las manos en los oídos y los ojos doloridos por tal visión, avanzo inexorablemente hacia mi sino. ¿Habrían de estar esperándome mis seres queridos? Temo que sus pías almas hayan subido al cielo, mientras la mía está tiempo ha condenada. ¿No es acaso piadoso lo que hice? ¿De verdad merezco yo, el sacrificado, sufrir las llamas del infierno? ¡Ah! Pero ¡Si ya estoy sufriendo! Dudo que Satán, Hades, Osiris o Plutón sean capaces de imaginar siquiera tormentos similares en dolor y agonía a los que yo experimento viendo cómo vive el mundo, mientras yo ya muero. 

Y cuando duermo, ¿Sabéis qué me ocurre? ¿Sabéis con qué sueño? No, ni os lo imagináis; nadie ha sufrido lo que yo he sufrido y sufro, ¡Nadie! Y aun así intenta el hombre, por el hecho de ser hombre, apartarme y matarme como si de un mal bicho se tratase... las personas que no saben lo que es sufrir, los necios que no saben qué es soñar, son los mismos que tratan de corromper mi cuerpo para alejar de ellos mi alma... como si sus ánimas fueran más puras que la mía... ¡Ja! Cree el cuerdo que vive sólo cuando quita, da o mata; piensa el loco, que no ve su locura, que quien muere, vive, pero no que quien vive muere, y he aquí su desfachatez: que no ve la muerte aun con esta cerca... y sin embargo, aquí, viajando en mi última travesía, me pregunto yo, ¿qué es la locura, y cómo se sabe loco el loco? Temo que sólo un loco, ¡NO!, solo un necio, puede dar respuesta a estas preguntas. Ahora he de dormirme, esperando tal vez mayor suerte en muerte de la que he encontrado en vida, pero sabiéndome cuerdo e inteligente. ¡Ah, ojala, ojala estuviera loco!

  • Autor: DiazAnula (Offline Offline)
  • Publicado: 14 de noviembre de 2018 a las 14:23
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 16
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Comentarios1

  • DiazAnula

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