LUCES QUE NOS NEGAMOS

RICARDO ALVAREZ



 

 

       

 

A veces la luz espera entre sombras

el apagón del ruido que despierta

este coro nefasto de aguerridas bocas.

 

Con rugir salvaje nos atacamos

pronunciando verbos de oscuras horas,

adjetivos que sustantivan esta relación de décadas

gastadas cual hojarasca yerta.

 

Con filosa lengua mortífera

nos encolerizamos de umbrosos hechizos

bordeando en la tierra abismos de cornisas

donde el pozo del ámbito es negrura inhóspita.

 

Pero cuando urdimos los recuerdos claudicamos

en banquetas de glicinas, se instala la tregua

en formatos que distienden los gestos.

otorgándonos espacios nuevos de siembra

y las manos obreras erigen nuevos enlaces,

cantatas de puentes sobre aguas serenas.

 

Enroscamos las palabras extendidas

como guijarros diminutos de vuelo en polvareda

que el viento arrasa a las ciénagas.

Chasqueamos piedras en fogatas primigenias

donde arden velos turbios de torvas escenas

al revestirnos con trajes de agua en transparencia

hiladas de reformas se reclaman.

 

Reanimación urgente, limadas las piedras

derribamos muros de dolientes acuarelas

y somos el uno y el otro el sentir ensimismado

pareja asida con membranas opuestas

náufragos de conniventes imágenes

con las manos siempre dispuestas.

Secamos húmedas e insípidas tinieblas

zurciendo heridas en parpados aciagos.

 

Sobre los escombros nos erigimos almas vencedoras

y la noche purifica el resurgir de luces que nos negamos.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales




Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.