FLOTTSBRO.

Flottsbro.

Sobre el viento… cabalgando sobre el viento me fui a buscar el beso que lanzaste al despedirte. Me fui a ver la mañana donde el mundo repetía lo que en aires congelados pocas muertes dan por hecho. Me vi en el cuerpo alado de la sombra que da un árbol y me hallé en el pensamiento de los más nevados troncos, donde nada es un recuerdo.

Hoy me dije unas palabras:
"Se le ve al viento posarse en tus labios, en cristales de besos enlazándose a los cielos, a los zorros inquietantes, vagamente irreverentes y alocados por un mundo que de alas viste a un ángel".

Me dije otras palabras:
"Al mar se le ve a través de tu mirada: a tantas olas vivas las envuelves en silencio, las recortas como al hielo lo recortan tantas huellas. Del espejo, es Flottsbro un alma que el pasado no derrite".

Y otra vez algo me dije:
"A la piel de las arenas se asemejan tus mejillas y a la playa va el aroma que camina en tus cabellos. Fueron sueños los de un día. Otras noches, pesadillas me alejaron del derrumbe".

Sobre el viento, en cada amanecer, te pareces al verano, al sol que halla en tus manos su inocente semejanza. O tal vez eres la magia que ni el sol aprendió a ver, a ser para no ser esa tan supuesta nieve. A un eco de distancia está la voz de la que, amando, resultaste un enemigo. Estás ahí: a tantos centímetros que ya ni es válido el recuerdo.

A Claudia Jara.