Descorazonado

Un día triste anocheció en vez de amanecer.
Anocheció: un corazón de hombre feneció ayer.
Y lloraron los ángeles de Dios por ese hombre
que quiso ser fiel a un sueño y respetar su nombre.

Con el corazón quebrado, soportó abatido
el hombre su fidelidad; no fue comprendido.
Lloró amargamente el hombre por su decisión
y, por eso, el cielo oscureció... por compasión.

Por mantenerse firme en su canción, de su pecho
su corazón fue desgarrado. Padeció el hecho
de no ser apreciado más que en cuerpo y no en alma.
Su corazón enamorado murió sin calma.

Un día triste anocheció en vez de amanecer.
No hubo alba, murió el sol y no pudo renacer,
porque, expuesto su corazón en la tierra muerta,
aquel hombre fiel se encegueció a su vida incierta.