Repítelo hasta que se haga verdad

Jordan Sanchez

Tú.
Habitante, inmigrante.
No dolerás nunca,
no puedes doler
naciste indolora
y en el silencio duermes
silencio de llaga abierta.

Te quiero.
Como se prohibió querer.
Más allá del cuerpo te quiero,
sobre el alma hinchada de fuego,
muriéndome por ti, te quiero,
te quiero cariño, te quiero mujer,
te quiero inhumanamente
te quiero trágicamente,
te quiero ausentemente,
te quiero mágicamente
te quiero inexorablemente,
te quiero atolondradamente
te quiero irrealmente
te quiero estruendosamente
te quiero naturalmente,
te quiero ansiosamente,
te quiero esperanzadamente
te quiero… verdaderamente.

¿Y que si te quiero?
Lo sabes,
lo sé,
querer, tan solo,
no basta,
no basta escribir
con el corazón crepitando,
no basta murmurar  “te quiero”
como  un mantra,
no basta decir que de tus ojos
salen galaxias cada que me miran,
no basta soñar con el aroma de tus manos
mientras cocinan una hecatombe en mi memoria,
no basta la palabra encantadora,
o el emotivo discurso de un enamorado
hablando con la luna a escondidas,
no basta ofrecer el mármol de la razón
no basta el silencio que derrite la tristeza
no basta que todos los barcos vayan a ti
no basta el eclipse sonoro  cayéndose a pedazos
no basta repetir hasta el cansancio,
nada basta si me miras con los ojos de a diario,
esos que te pones al cruzar la calle
y miran semáforos fríos donde la muerte camina,
nada basta si el tiempo se cansa y se equivoca.

¿Y que si nada basta y nada sirve y nada vive
y nada permanece y nada en tu memoria y nada
en la mía y nada en tu sangre y nada en el cielo
y nada en la roca y nada en el tiempo, y el tiempo
se detiene y nada en tu corazón y todo en el mío,
y la locura me envuelve, y te quiero enloquecido
y tú me temes, y yo te temo y nos tememos,
y nos encontramos y nos perdemos, y nos lloramos
y no me dueles, y no te duelo y nos vamos,
y nos encogemos, nos crecemos, nos hablamos
y nos conocemos  y nos inundamos nos incendiamos,
y nos abrigamos y nos abrazamos y nos acercamos
y te quiero y me quieres y nos compenetramos?

Ese día, dolerás de cariño, de alivio, de gloría,
de deseo, de tu cuerpo destructor de agonía,
dolerás salvaje en mi penumbra solar onírica.

Dolerás como no me dueles, porque no te tengo.



  • Autor: Jordan Sanchez (Offline Offline)
  • Publicado: 17 de octubre de 2018 a las 03:44
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 36
  • Usuario favorito de este poema: migreriana.
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