Vacío

Ahora que no estás

mi alma te extraña,

no soporta esta amargura vana

que me llena desde que te fuiste.

 

Tu corazón y el mío

formaban uno solo,

y hoy, que no te tengo,

lo sufro porque está roto.

 

Me tienta la vida

a recordarte una y otra vez.

No acepta, no quiere entender

que ya no volverás a la mía.

 

Duele tu recuerdo

perdido con el viento,

el último suspiro

dado por auxilio.

 

Mi error fue no entender

esos gestos y acciones

que delataban mi perder,

perderte por errores.

 

La sonrisa que ocultaba

el dolor que sentías

ante mis actos, mis idas y venidas,

mi manera de ser te dañaba.

 

Quiero que regreses,

regresa a mi vida.

Lléname de tu esencia,

llena el vacío de tu partida.

 

Tus ojos delataban

un silencio sepulcral

que no supe notar,

yo no lo identificaba.

 

Esos ojos marrones

que me recuerdan al dulce otoño,

los extraño, deseo verlos,

no hay palabras para decirte que te quiero.

 

El vacío en mi alma

lo ocasioné yo misma,

ni pedir perdón de rodillas

ayudaría a que vuelvas.

 

Acepto tu partida

a pesar de la agonía.

Te digo adiós,

es el final, amor.

 

Te quiero como nunca

antes había querido.

Te pienso como nunca

antes había extrañado.

 

¿Qué será de nuestro amor?

¿Acaso este es el fin?

¿Qué vendrá después,

una historia u otro querer?

 

Este día tú me dijiste

que no sabes qué sientes por mí.

¿Significa que ya es el fin

o que quieres reafirmar el querer?

 

Te lo pregunto otra vez,

¿este es el fin?

¿Aquí mueren las ilusiones?

¿Se desechan las esperanzas rotas?

 

¿Se acaban las palabras dulces?

¿Dejaré de probar el dulzor de tu boca?

¿Nuestras manos ya no se unen?

¿El adiós a nuestra puerta toca?

 

No entiendo por qué me aferro

a algo que me está doliendo.

Tu incertidumbre está matando

mis ilusiones, no puedo evitarlo.

 

¿Será que te quiero tanto,

mucho más de lo que esperaba?

Dime, ¿acaso estoy enamorada,

o no sé qué rayos hago?

 

Te tomé un cariño fuerte,

que en mis sueños también lo siento.

Es más, a veces después de desvelos

sueño que te pierdo.

 

Que te alejas, que te vas,

que me equivoco y no vuelves más.

Ese tal vez es mi temor,

o es algo que ya he hecho yo.

 

Me he equivocado, demasiado.

Te dañé por mi interés.

No sé entender

lo que tanto has expresado.

 

Cariño, perdón por esto,

yo sí me enamoré.

Contigo pude ser

la mejor versión de mí.

 

Sin embargo es el fin.

Tú no supiste querer,

quisiste un desliz,

yo darte un amor fiel.

 

Dudaste de tus sentimientos,

y, está bien, lo acepto.

Pero el “no sé qué siento”,

dolió tanto en el pecho.

 

Pude haberlo notado antes,

como esas veces tristes

donde tú eras distante

y no respondías a como te quise.

 

Te quiero, cariño.

Aún te quiero.

Pero tu partida

ha dejado una herida.

 

Las lágrimas ya cayeron,

ya rodaron, se esfumaron.

El dolor ha aparecido,

está aquí, aquí conmigo.

 

A pesar de este vacío

que dejó tu despedida,

te deseo lo mejor.

Sé feliz en tu nueva vida,

deja atrás este recuerdo,

olvida los momentos

que pasamos en secreto.

 

Deja atrás mis palabras

y las miles de poesías,

esos versos calculados

en la fórmula de tu alegría.

 

Olvida esas canciones,

las notas de armonía,

los silencios y sonrisas

que había en reuniones.

 

Cariño, llenaré este vacío

con alguien más (te aviso).

Será con un amigo,

(su fantasma sin mi olvido).

 

Adiós, amor,

este es el fin.

Todo se acabó,

el telón ya cayó.

 

Cariño, me despido,

cuídate mucho, por favor,

te dejo el recuerdo

de donde alguna vez estuve yo.

 

Este es el poema,

el último para ti.

La última poesía

hecha pensándote así.

 

Dejo la pluma a un lado,

dejo el sobre sellado.

Te entrego los últimos versos

que mi alma te ha dedicado.

 

Amor, esto hoy se terminará.

Hoy la historia acaba.

Te deseo mucha suerte.

Para el “nosotros” hay punto final.