El Lobizon canción. Jorge Alberto Soccodato

Maxi Aristarán

Ya va pa seis meses que gane los montes,

desde aquel mal día que me desgracie,

jue pucha que fiera  la vida el matrero,

Lo que se padece tan solo yo sé.

Angustias a bocha pa conseguir carne

Aguaitando siempre la oportunidad,

de allar un carpincho apartau del agua o

bombear con tiempo un guazuvirá.

Si habré aguantau soles heladas y lluvias,

Con las pocas pilchas que de casa alze,

No tengo tabaco la llerba que truje 

hace ya bastante que la termine.

La cosa fue así:

Yo andaba tropeando allá por las puntas del Mocoreta con unos patrones que arrendaban campos de los Goicocheas del puerto Llerbá.

y viniendo un día con 300 vacas compradas a corte de lo de un inglés,

como a boca de noche llegamos a un rancho

alla por los campos de un tal Juan Cortez.

Rodeamos la tropa, mudamos caballos,

encendimos fuego pa cimarronear,

y yo con los chifles, rumbie pa los ranchos

En procura de algo pa hacer de cenar.

En el guarda patio toda la familia estaba reunida aguantándome,

Si cuando me acuerdo de esa pobre gente

Por adentro el pecho siento no sé qué.

Era una señora con tres gurisitas,el marido un indio de bastante edad en un catre e tientos estaba tullido valla uno a saber de qué enfermedad,

Dentraron hablarme y flor de atenciones,

tuvieron conmigo cuartito baje,

corregí enseguida que algo les pasaba,

pero por supuesto nada pregunté.

Con medio borrego sobre el chiricote

taba acomodando para dirme ya,

Cuando la patrona que andaba atrás mío 

Comenzó a decirme con gran ansiedad...

Fíjese paisano lo que nos sucede

esto ya no es vida a mi modo e ver,

Pasan aquí  cosas por demás tremendas

Le juro paisano no se lo que hacer.

De un tiempo a esta parte toitito los viernes 

El lobizon sabe llegarse hasta acá,

Paisano no nos deje solos seguro esta noche se aparecerá.

No pude negarme ¿que quieren que hiciera?

En mi china vieja al punto pensé,

Ni bien terminado mi cuarto de ronda,

De nuevo en el rancho me les presente.

En el medio el patio bajo un espinillo 

tendi mi recado para descansar,

Rocíen empezaba a quedar dormido

senti que los perros comienzan a aullar,

Al punto los lloros sentí dentro el rancho

con unas palabras medio los calme, 

y con las pa potros listas en las manos 

con un par de brincos pa afuera gané.

Clarita la noche mientras yo miraba

pa toitos los  lados con prolijidad,

note que los perros reculando aullaban

Por algo que veían en la oscuridad.

Diosa cosa fiera había sido aquello,

Cuanto lo vi de ya me percine

Era un bicho grande con las de ternero

y el osico largo como el yacare.

Cuántico me vido se vino a toparme

Con un trote ancina como el aguara,

Si cuando me acuerdo es cuando más pienso

que hice la patacha por casualidad.

La virgen te ampare me acuerdo le dije

Serás o no animas y ya revolie 

luciendome tanto con las tres marias

que en el primer chumbo me lo aseguré.

Tuque, tuque, tuque le grité a los perros, 

pa ver si podía hacerlo cargar,

Y pelando el fierro ya me le fui al humo 

porque el caso no era de facilitar.

Cómo trenza de ocho rodamos por el suelo

Yo a las puñaladas y el por hacer pie,

Cuando detrás mío clama una voz débil 

no me mate amigo por Dios déjeme.

Fue tal la sorpresa Que perdí el risuello,

Trémolo y confuso sujete ahí nomas,

Al ver que aquel bulto se me hiba escurriendo

y salia un crestiano  por el Lao de atrás.

Dio unos sacudones queriendo pararse

y yo de ayudarlo al punto traté,

y pego un suspiro y callo de espalda,

y del mundo los vivos pa siempre se fue.

ya va pa seis meses que gane los montes desde aquel mal día que me desgracie,

jue pucha que es fiera la vida el matrero

lo que se padece tan solo yo sé.

 

 

 

 

 

 

 

  • Autor: Maxi (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 27 de agosto de 2018 a las 12:40
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 580
  • Usuarios favoritos de este poema: Gisela Guillén, María C..
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