Sigue oliendo a ti la vida!

Rafael Parra Barrios



Un amor inmarcesible!

A mi amada Madre!

     Sigue oliendo a ti la vida, más cuando tengo las hebras de tu amor en mis manos, para zurcir el camino que me llevará a encontrar la flor en el jardín de Dios. Admito que en medio del recorrido, mis sentimientos afloran y se tiñen de tristeza, sin embargo, al visualizar tu corazón convertido en sonrisa, me animo a continuar, pues eres la magna égida que marca el rumbo y distingue el destino.

     Al visitar tu hogar, nuestra casa, allá en Barquisimeto, tu fragancia rondaba en la fresca tarde, y el espacio, impregnado de tu espíritu, era testigo de la conversación entre hermanos y hermanas, que invocaba tu imperecedera obra familiar. Orgullosos hablábamos de ti, y, entre la aflicción y la alegría, el sorbo del café nos acompañaba y nos daba aliento, como el que tú nos brindabas, cuando te visitábamos.

     Luego me fui a Santa Rosa y en la plaza te evoqué, mirando la imagen de la Divina Pastora. Allí, frente a la iglesia, yacía, también, el aroma de la mujer consagrada a la fe. En ese bendecido lugar, tú ser inmarcesible reflejaba el esplendor que iluminaba el ir y venir de la gente que acudía al pueblo buscando una esperanza, en donde dejaste huellas indelebles, propias de la caridad y de la feligresía que te identificaron.

     Más tarde, cuando regresaba a San Felipe, sentí que ibas a mi lado. Escuchaba una canción que te encantaba, porque te recordaba a Papá… "Pueden pasar tres mil años…", que ahora al sonar me conecta contigo. Ya en casa, percibí tu incandescencia espiritual. Brillabas y, a la par, alumbrabas la circunstancia viva de tu legado, en cuyo contexto tu bondad, tu misericordia y tu bendición, se sentían.

     Sigue oliendo a ti la vida, la de todos los que venimos de tus entrañas, porque nos las diste y porque la honraste con dulzura. Sigues Mamá en cada latido y en cada instante de mi existir. Sigues incólume, igualita de amorosa, concediendo paz y luz, no obstante extrañamos tu voz, tus abrazos, tus desayunos, tu protagonismo y tu infinita bondad.

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  • Autor: Rafael Parra Barrios (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 24 de agosto de 2018 a las 16:50
  • Comentario del autor sobre el poema: Dedicado a mi amada madre, Mercedes María, con motivo de su desaparición física. Ella esta aquí, sigue existiendo y nos brinda la expresión de su amor eterno.
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 33
  • Usuarios favoritos de este poema: Rafael Parra Barrios, AZULNOCHE.
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Comentarios1

  • AZULNOCHE

    Que bello homenaje a su madre!
    Un saludo afectuoso!

    • Rafael Parra Barrios

      Saludos desde Venezuela, Noche Azul. Tres años después respondo tu msj, con gratitud. Un abrazo 🙏



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