Poema 21

Hoy vienen antiguas, vivas letras a mi mente.

 

Revolotean, dejando como mariposas
un camino de armonías. Escriben recuerdos
entre los crepúsculos, suaves celajes de hojas.

 

Pintan dulces versos emotivos en la noche
entre árboles, letras y finas geografías.

 

Dibujan entre las sombras todas las figuras
impregnadas en cada hora que tú fuiste mía.

 

Relatan, con versos heroicos, cómo tu cuerpo
cedía al paso del amor con cada palabra...

 

El reloj parecía quedar anestesiado
con cada nueva estrella que en tus ojos quedaba.

 

Las flores contemplaron tu blancura. Soñaron
con el cáliz del viento que cantó presuroso.

 

Recuerdo tus labios, conteniendo cada esencia
de la noche escrita como versos silenciosos.

 

Nuestras manos comieron el azul de la noche.
Fueron lunas en un mágico eclipse de amor.

 

Nuestras palabras se transformaban en susurros.
Cantos que la luna devoraba con pasión.

 

Mil veleros navegaban formando piruetas.
Todo tu ser se volvió un mar de cálidas aguas.

 

Los árboles escucharon los divinos himnos
que enmudecieron los claros colores del alba…

 

Parece que fue ayer. Tan, tan cercano... Y tan lejos.
Una fotografía escrita de la pasión.

 

Hoy pienso en todas tus palabras. Fueron las voces
del poema que viaja por el tiempo, soñando.

 

Penetran intensamente entre todos mis átomos.
Graban tu nombre todo en mi ser apasionado,

 

Un nombre que pronuncio en cada beso nocturno
desafiando al crepúsculo triste. Porque te amo.

 

Y ese amor revive los paisajes escondidos
al abrir el alma sus ojos, entre tu abrazo.