Zupia

Margarita García Alonso

I

 

Ha pasado la hora fatal del atardecer

escribo, escribo y no ensarto la aguja

desbocada en el abismo del ojo

 

des-boca-da me parto los dientes.

 

Las palabras afloran, poco importa

ser caballo o mendigo

si piso una tierra que no me pertenece

 

la tierra miedo,

la tierra de nadie.

 

Soy la que elige sacrificios

frente a la puerta se acumula

la nieve en noche intensa.

 

Si inclino la cabeza,

si te enseño a trenzar

desencadeno temblores

en la pelvis de Cristo

y vas a lengüetear

la piedra calcinada

de mi rodilla.

 

Una tras otra la angustia

suda mares en mi cabeza,

si la avellana cae me dispersa

en mínimas cuentas, en salitre.

 

Todo fue hermoso,

todo es hermoso desde el agua

el aire corta la superficie

se ajusta a concéntricos

deslizamientos de moluscos

y en el fondo yace la piedra,

el corazón cercado por

el río profundo de la memoria.

 

Huele a niño y no hay forma

que despegue su camisa de mis ojos,

 

llegué muerta adonde iba a morir,

estaba sola, tan sola que podía confesarlo

y tomé su mano en infinitas vibraciones,

 

se me han agotado los dedos

de acariciar su pelo en todos los vientos.

 

La letra vale sangre

en correos antiguos

pero al nombrar te- ti- contigo

asciende el reflujo gástrico,

se desmantela el coxis,

mi hígado se ensancha

de materias insanas.

Cada espiral repite

incansablemente

donde quedamos

cada espiral repite:

alma de perra,

ojos de perra,

uñas de perra

arrastrada en callejuelas

olisqueé

un sinfín de coincidencias

con las que acostaríamos

a desconocidos.

 

Todo es hermoso,

un pájaro picotea su frente,

el tatuaje se agranda,

queda el hueco

a merced de las moscas.

 

Cada verano caluroso

la entrepierna

forma aspavientos

de riachuelo,

el hueso desprendido,

la fractura nos reúne y

somos pasto de incienso

frente a devotas

de rarísima pureza

que depositan azucenas,

galanes de noche,

sobre un hombre lacerado

 

si respiramos

si nos miramos

el polvillo cae sobre el haz

de luz de la matanza

 

en mi pecho

el banderín de la masacre

tiñe de rojo las nubes.

 

Es hermoso cómo descienden

las aves carroñeras,

cómo desciende

la mano del mago

a la capa poblada de bolsillos.

 

Hermosa la muerte

me sopla este desaliento

con más fuego que todos los fuegos

de la creación del mundo

 

te veo caer y no te sostengo,

caes, caes, caes como baba

en mi bocaza de perra,

 

pero no temo, me acostumbré

al lenguaje que choca

en mi diente partido,

cada vez que escapa un tren

de cualquier estación

 

una brizna de paja en mi boca

 

tu semen en mi boca

me convierte en simiente

de cualquier tribu nocturna,

 

en la frívola ciudad

escupo la noche

junto al camión de la basura.

 

Cada amanecer,

pegada al moho

me convierto

en anticoncepto.

 

Bordo iniciales

con el profundo ardor

que imita la plenitud

 

iniciales que envío a Venecia,

de una isla a otra perdidas.

 

En el filo del vaso

la sangre colapsa

cuando aseguro

que es perfecta

la tranquilidad de las nubes

que sostienen la tormenta.

 

Circunciso la lengua si niego

o sobrevivo la catástrofe.

 

Me enfrento a descabellados

planes amatorios

de pulgas en bibliotecas,

 

pero vale más la droga o la mirra

que la sentencia

 

mi amor es la sombra,

el ritmo desenfrenado

que lleva al trance

 

lejos de la melisa que adormece

la hora fatal once

 

-nadie repita once

o caerá del tercer cielo

la tinta que grabó

el brazo de mis antepasados.

 

Dos lanzas atraviesan

mis costillas,

el pretérito cíclico

tasajea al planeta

con hilos de acero

 

las familias se arrastran

en el fango de las fronteras,

 

los niños avientan

caballos de miedo

mientras ululan las sirenas

que detectan humano

 

en el bosque, abedules

de corteza blanca

reflejan la dimensión

donde serán otros.

 

Todo es hermoso y queda atrás,

hasta mi vida.

 

II

 

En mi nombre,

a partir de este instante

destruirán

cartillas de racionamiento,

filas de espera, diplomas,

cualquier identidad

que limite.

Pronto partiré,

mi paso ha sido

una infinita despedida,

de brevedad sospechosa

 

mientras canto crecen

plantas del Paraíso en tu frente,

 

la fruta del placer

roza la partícula insumisa

bajo la borrasca del verano

 

los niños saltan

aceras trazadas con cal

 

en el pavimento

ventanas que conducen

a corredores salpicados de galaxias.

 

Cae la lluvia al amanecer,

al mediodía, en la tarde

en todas las plazas depositan

la patética individualidad

llamada Ser.

 

Y yo en la fuente equivocada,

-la fuente no es donde caigo,

es el vientre que devuelve

lo no digerido-

he estado lejos

con un puntero filoso,

reducida a soplo

 

mi único amor se expande

en una onda atómica

e irradia a los pájaros

que detienen su graznar

cuando meo contra-muros

para que no se apoderen

de mi corazón

 

tapizo calles, despierto húmeda

por el rocío de alcoholes

de plantas maceradas

reaparezco en la yema del dedo

 

esta mancha no es la tinta

de mis absurdos escritos,

 

es mi vagina que destila

como si estuviese de paritorio

la sofisticada

leucemia del totalitarismo.

 

La vejez en mi cara,

me han usado

en el experimento humano,

pero mi caso se ha perdido

en los archivos de Inteligencia

de una dictadura

 

no puedo regresar a casa

no puedo regresar a mi madre

que amamanta

a una paloma helada.

 

Soy la ausente

que fabrica bálsamos

sobre una pira de libros

mientras escribo

esto que lees

protegido

en el zurrón de mamá

 

envuelto,

como cuando eras niño.

  • Autor: Margarita García Alonso (Offline Offline)
  • Publicado: 27 de julio de 2018 a las 06:55
  • Comentario del autor sobre el poema: Zupia, poemas de Margarita García Alonso. Conforme a la Real Academia Española, “Zupia” significa: 1. f. Poso del vino. / 2. f. Vino turbio por estar revuelto con el poso. / 3. f. Líquido de mal aspecto y sabor./ 4. f. Parte más inútil y despreciable de cualquier cosa. Las cuatro acepciones están presentes en este poemario. https://www.amazon.es/Zupia-Margarita-Garcia-Alonso/dp/1539177858
  • Categoría: Espiritual
  • Lecturas: 27
  • Usuario favorito de este poema: larisadelesqueleto.
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios2

  • larisadelesqueleto

    Muy interesantes letras.
    Un abrazo

  • Insomnioptera

    Sabe? Hay mucha gente en este portal, y yo casi no entro a leer porque me aburrí de encontrar siempre las mismas cosas.
    Pero de vez en cuando hago el intento y hoy que me topé con sus escritos estoy más que convencida de que valió la pena la búsqueda. Gracias por compartir de su obra en este espacio público.

    • Margarita García Alonso

      Le agradezco mucho su comentario, me ha dado por pensar que escribo porquería, incluso me he angustiado por no saber escribir poemas que se acerquen a los muy pero muy aplaudidos, en un acto de "no importa, no valen nada" me atreví a subirlos por si el pc se rompe otra vez y no dejo testimonio del tiempo perdido. Usted me alienta, gracias inmensas.



    Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.