Sin segundo aire

Margarita García Alonso

Decirle a alguien yo te amo, significa: 

tú no debes morir. Gabriel Marcel

 

En la isla murió mi abuelo. 

Cual caballo ciego 

en camino al matadero 

mi piel frisona.

 

Doble cristales contra el ruido, el frío, 

el mundo y los pájaros 

de este verano insoportable.

 

Cambié de ciudad, de apellidos y sigo 

en el ala de un pájaro, 

en derrumbe perpetúo

como lágrima en zapato, 

resbaladiza 

hacia el asfalto.

 

En el viejo continente y sus calles 

pobladas de perros 

mi cerebro canibaliza: 

he hecho un viaje 

a semejanza de mi desprecio.

 

Tiempo atrás escapé 

de la escoria monótona del verso,

críticos chispeantes de realeza 

entrecruzaban bártulos, 

ávidos de describir al duende 

o la frigidez de la coma 

olfateaban estaciones, 

milagros y nacimientos

 

pero dónde no estuve no estaré

con mi tartamudez insoportable,

conozco el final y engaño

 

-a excesos miento-

 

él que no sabía escribir ha muerto.

 

Mi abuelo cuida mis dientes 

que comen ratones de la vida 

que llegó malsana

como enfermedad 

complaciente y lenta.

 

del poemario Mar de la Mancha, 1992

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios1

  • El Hombre de la Rosa

    Hermoso poema estimada Margarita
    Un placer pasar por tus letras.
    Saludos de amistad.
    El Hombre de la Rosa

    • Margarita García Alonso

      Agradecida por su compañía en este espacio, Hombre de la Rosa. Contenta que le agrade el poema, hasta pronto.



    Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.