Tratado del rubí y el diamante

Magda Castillo

Una mañana cualquiera, de tantos días cualesquiera, durante el café:
¿Y la sortija dónde está?
Allí, en la segunda gaveta del armario, en la esquina superior derecha, donde la guardé cuando me la regalaste.

Desde siempre, se les han atribuido a las flores, a las gemas y metales preciosos, valores de nobleza, belleza, poder, espiritualidad.

Con el tiempo, y el atractivo que conduce a la curiosidad, a conocer más allá, con el impacto instantáneo que produce, el vislumbrar algo que se intuye ya visto, se han logrado develar los misterios de la influencia real o imaginaria; que ejercen estos elementos en el hombre.

Siempre, en poder de la llamada realeza, el exhibir y ostentar uno de ellos o una combinación de ellos, presupone, para cualquier mortal, la adquisición de esos valores que, se han enriquecido y justificado, con avances científicos y tecnológicos que certifican la naturaleza de sus propiedades físicas, químicas y su conexión con el todo y…la nada.

Un día, en ocasión de nuestro 10mo. Aniversario, mi esposo me regaló una hermosa sortija de oro de 24 quilates.

El delicado trabajo de orfebrería representaba a una flor de lis con sus 12, seis más seis, pétalos abiertos. En cada una de sus puntas, engarzados, pequeños diamantes. Al centro, un rubí sangre de paloma, rodeado de otros seis pequeños diamantes que coronaban la punta de pistilos de oro.

-Te regalo esta sortija… te la has ganado. Era de mi madre, espero que la cuides.
Fueron sus palabras.

Lo miré a los ojos, le sonreí, miré la sortija, volví a mirarlo y le dije: Gracias, es muy bonita y si era de tu madre debe representar mucho para ti.

Muchas gracias por la distinción. La luciré en alguna ocasión especial.

Considerando el valor sentimental y económico de tal objeto, recordando a mi querida suegra y su particular manera de ser, hecha a pulso, busqué un estuche de terciopelo y la guardé.

Y… recordando a mi querida suegra y su particular manera de ser, hecha a pulso, comencé a indagar en el significado de aquella joya, cuya posesión, a partir de ese día, comenzó a cambiar mi vida.

Una historia muy interesante se ha construido alrededor del diamante, el rubí, la flor de lis, con una simbología que los hace objetos de poder. Lo cual se repite muy insistentemente.

La flor de lis es un símbolo de poder, soberanía, honor, lealtad, también de pureza de cuerpo y alma.

Y una tarde, cualquier tarde de cualquier día: ¿Y dónde está la sortija? 
Allí está, en la segunda gaveta del armario, en la esquina superior derecha, donde siempre.

El rubí sangre de paloma, llamado así por su intenso color rojo brillante, es el más deseado, un motivo para sonreír debido a su belleza exquisita como parte de una joya y porque también significa paz y alegría.

Para algunos joyeros, el rubí es una gema más preciosa que un diamante, debido a su rareza relativa y debido a que es el segundo mineral más duro, después del diamante.

Y el día especial, llegó.

Y pensé: Esta noche, luciré el anillo, con mi vestido de encaje magenta.

Los anillos con rubíes deben usarse en la mano izquierda para protección y para darle energía a quien lo usa para tomar decisiones correctas e inteligentes.

Me miré en el espejo de cuerpo entero, lucía muy bien, vestida de oro y magenta.

Mi esposo me miró y me dijo: - ¿Y dónde está la sortija? 
Y yo le respondí: Aquí en mi mano izquierda.
.
Desde la antigüedad, el rubí significó poder y vitalidad. Se la ha llamado "el rey de las gemas". Se le atribuyen poderes curativos relacionados a la buena circulación sanguínea y a la desintoxicación del organismo.

Los antiguos guerreros incrustaban rubíes en su piel para darse coraje y protección cuando participaban en las batallas, también fue considerado como talismán para protegerse del peligro, del mal, e incluso de las pesadillas.

Una vez listos, mi esposo y yo nos fuimos al Club de Profesionales donde sería la recepción aniversario.
Al llegar, mi esposo, como es la costumbre, me ofreció su brazo derecho, el cual enlacé con mi brazo izquierdo.
Seguidamente, él cubrió mi mano izquierda, con la suya, ocultando la sortija.

El diamante, palabra que significa invencible, inalterable, posee, debido a su estructura, una propiedad llamada alotropía, una especie de fuerte cohesión entre sus moléculas que le confiere características físicas superlativas, estabilidad interior que le impide contaminarse por impurezas, una gran dureza, la mayor entre todos los materiales, la más alta conductividad térmica, capacidad para dispersar la luz blanca en diferentes colores.

La expresión diamante en bruto se utiliza para nombrar al individuo o al objeto con mucho potencial, pero que aún requiere de desarrollo o de un pulido para alcanzar ese particular brillo.

Adentro, en la recepción, todo era brillo: Las mejores galas, el intercambio de anécdotas y distinciones académicas.

Y mi esposo, no me soltaba la mano izquierda. Hasta que un colega suyo, el Dr. M, me invitó a bailar y, como mi esposo no baila y a mi me encanta, yo accedí.

Mientras bailábamos, el Dr. M, comentaba la profunda dedicación y admiración que demostraba mi esposo hacia mí, porque no me quitaba la vista por un momento, que era natural, por tener una esposa tan hermosa, elegante y educada.

En uno de los pasos de baile, al tomar mi mano izquierda, el Dr. M miró y admiró la sortija y me dijo: Puedo ver la prueba del amor de su esposo, luce Ud. esa sortija de la cual él tanto me ha hablado. Yo le contesté: Sí, fue su regalo por nuestro aniversario de bodas.

No bailamos más de dos piezas. Al rescate de SU Dulcinea, llegó el impetuoso Quijote, mi amantísimo esposo.

Y así transcurrió la velada, sonriendo, brillando y con mi esposo, siempre a mi lado, tomados de la mano.

Llegó el momento de retirarnos y al llegar al auto, mi esposo literalmente me arrancó la sortija del dedo anular, sí, con toda la fuerza que se puede imaginar.

En silencio, llegamos a la casa, y en silencio, luego de despojarme de todos mis atuendos, me puse mi pijama y me acosté a dormir. Mi esposo igualmente, así lo hizo, no sin antes guardar la sortija, en el mismo lugar de siempre.

La dureza del diamante le otorga su aptitud como gema, esto es que, solo puede ser rayado por otro diamante. Por eso, puede mantener su brillo y adaptarse al uso diario, sin perderlo. Esta propiedad le hace la gema favorita en anillos de compromiso y de matrimonio, por ser usados a diario, durante décadas…

Llevaba yo, una década de dureza. Diez días, uno por cada año, tardé en asesorarme legalmente, hacerme un examen médico forense, alquilar otra casa, recoger todas mis pertenencias e introducir un amparo para retirarme del hogar y salir ilesa.

Cuando todo estuvo listo, al llegar mi esposo de su trabajo, encontró la casa vacía, solo con sus pertenencias y yo esperándolo para hablarle.

Él , al mirar todo, me preguntó: ¿Qué pasó aquí?, ¿Robaron?, ¿Qué se llevaron?, habla, dime.

Y yo…le hablé del poder, de la belleza, de la protección, de las propiedades curativas, del honor, la entereza, la estabilidad interior, el brillo, la inalterabilidad, la lealtad, la pureza, de las pesadillas, de las decisiones correctas e inteligentes de la invencibilidad y por último de la tenacidad del diamante.

Sí, tiene la habilidad de resistir la ruptura de algún impacto fuerte, aun cuando tiene, como cualquier material, un plano de fractura, atributo solo conocido por cortadores expertos.

Él, solo me veía y me escuchaba extrañado.

Y me dijo: - No entiendo qué quieres decir, ¿qué te pasa?

Yo le respondí: Sin embargo, en una atmósfera desprovista de oxígeno, o en el vacío, el diamante se convierte en grafito. Sí, ese con el cual hacen las minas de los lápices, en carbón, sin brillo.

A lo que él me respondió: Sigo sin entenderte.

Yo lo miré a los ojos, le entregué su sortija y una copia del documento que me permitía dejar el hogar.

Me dirigí a la puerta de salida y le dije: Adiós, querido, quizás si buscas la historia de esa sortija tan apreciada para ti, al fin entiendas y comprendas todo.

Y es posible, aunque poco probable, que dejes de ser un diamante en bruto.

  • Autor: Maud (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 21 de julio de 2018 a las 02:14
  • Comentario del autor sobre el poema: Basado en una historia real.
  • Categoría: Cuento
  • Lecturas: 25
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Comentarios2

  • Luis E. Calderon Romero

    Muy ameno, pero el diamante en bruto ¿No sigue siendo un diamante?

    • Magda Castillo

      Sí, lo es. Sin ninguna utilidad. Es como cuando se tiene una Biblioteca con las más grandes obras de la cultura universal y jamás son leídas.

    • Luis E. Calderon Romero

      excelente respuesta



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