La rosa...
se pinta de amarillo,
desnuda...
se anuda a su desaire,
tallada...
en el pliegue de su labio,
se engarza...
en el beso de su espada,
de lánguida belleza
descreida...
se encela vanamente,
en la alberca...
descuidada
de su alma.
La rosa...
se pinta de amarillo,
desnuda...
se anuda a su desaire,
tallada...
en el pliegue de su labio,
se engarza...
en el beso de su espada,
de lánguida belleza
descreida...
se encela vanamente,
en la alberca...
descuidada
de su alma.
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