Floreces, flaco. (Basado en hechos reales)

Nadia ALMAZÁN - OFICIAL

Hoy despertó ('de milagro' dicen algunos).

Abrió sus ojos brillantes y redondos.

Con sus manos largas y delgadas se acaricio los cabellos, permitiéndoles la entrada a sus dedos.

Apenas el cielo desprendía líneas de luz del sol que naturalmente quería dar su paseo.

 

Se levantó de la cama, caminó hacia la cocina y preparó café.

Tarareaba una canción poco conocida, buscando un cigarrillo.

Sus brazos flacos tenían un gran espacio entre su cuerpo, parecía que esperaba acomodar ahí a alguien.

Entre su pecho y sus codos. Entre su alma y su cuerpo.

 

Se acercó a una ventana, donde bajo ella se encontraba aquél libro que no terminó de leer.

Desde hace dos años.

O más.

Las drogas no se lo permitieron (¿o su propio ser?).

 

Miraba el amanecer, tiró un suspiro y dio el primer sorbo.

Hojeó hasta encontrar la página y recordó la última línea leída.

"Ahora mi vida huele a flor" ¿Y la vida de este individuo a qué olía?

 

Su introspección era repulsión.

Tenía unos ojos que descubrían lo hermoso que era su entorno y un alma que vivía encadenada en su pasado.

Tenía un alma que pedía a gritos ser purificada, evolucionar, salir a volar lejos de sus errores cometidos.

Tenía un ser tímido, un cuerpo desapercibido, una cabeza llena de conocimiento y una boca callada.

Tenía poderes. Maravillosos poderes. Pero no tenía ojos para verse y reconocerse.

 

¿Cómo un flaco tan maravilloso como vos, tenes tanto miedo?

¿Cómo un ente tan despierto, tiene tanta inseguridad de ser visto?

¿Cómo si eres tan hermoso de cuerpo y de alma, temes encontrarte con tu espíritu?

¿Cómo si sabes reconocer y encontrar la belleza en el otro, no reconoces la tuya?

 

Eras una semilla olvidada cuando te conocí.

Apartada por opción y olvidada por decisión.

Prometí no ser dura, pero lo soy con dulzura.

Aceptaste que no puedes culpar a otros por lo que has elegido.

 

Y ahora conoces el sabor de la amargura.

De la compañía que rechazaste.

De la ayuda que ignoraste.

De la vida que no quisiste.

Y que ahora quieres.

 

Lloviste como otoños y casi mueres como las hojas de invierno.

Dos ocasiones.

O más.

Intentaste suicidarte en marzo y otro más en tu cumpleaños.

¿Qué te hizo la vida para querer arrancártela?

 

Un día despertaste, como hoy que amaneció.

Y te olvidaste de agradecer.

Pero no importa.

 

Tomaste como primer estancia un lápiz y comenzaste a dibujar. Me dibujaste a mi, siendo impuntual en la entrada de un teatro. Tomaste un disco de Queen y lo reprodujiste. Derramaste un vaso de agua sobre tu trazo y se inundó la ciudad.

Entre los nervios y no saber qué hacer... bebiste café.

 

Divagaste. Horas y horas de pensar, de charlar, de filosofar.

De navegar entre lagunas mentales y fantasías.

De vivir en inmersas realidades, pero no en la verdadera.

Saliendo de ti; pero volviste a ti.

 

Un golpe en el ojo derecho te hizo enfocarte en lo que te convertiste.

Y estás de pie, frente a un espejo.

Sí. Te ves de la mierda. Pero siempre te voy a mirar verdaderamente hermoso.

Sí. Te has acabado. Pero siempre hay tiempo para recuperarte.

Sí. Te perdiste. Pero siempre puedes volver a encontrarte.

 

Hombre con presencia de impacto y voz temerosa. ¡Hazme temblar!

Niño con inocencia tan pura y transparente. ¡Abrázame!

Crío curioso y hambriento de conocer. ¡Sorpréndeme!

RR, permítete, muéstrale al mundo quien eres. ¡Percátate de tu gran poder!

 

Despertaste. Nuevamente (gracias Dios). Y decidiste re-evolucionarte.

Me encantó escucharte tan decidido.

Y hoy miras la ventana, esperándo la decisión del sol de salir de una maldita vez.

 

Florece.

Él florece.

Piensa y florece.

 

No eres solo una pequeña planta.

Eres toda una selva, un bosque.

Tu cabeza poderosa hace el movimiento de mil mazas, proclama la paz en mi ser y al respirar...

 

Encuentro tu dulce aroma. Tu sonrisa maravillosa.

Tus ojos resplandecientes y tus brazos, en busca de algunos otros.

 

Tienes todo lo que deseas, flaco.

Solo no olvides que estás floreciendo.

Y florecer lleva su tiempo, sus errores y su cuidado.

Pero ya no temas.

 

Floreces como nadie.

Y tus espinas son jodidamente hermosas.

  • Autor: Nadia Almazán (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 4 de julio de 2018 a las 01:18
  • Comentario del autor sobre el poema: Para ti, que proyecta su ser en el otro. Yo no soy hermosa. Tú sí.
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 60
  • Usuarios favoritos de este poema: Texi, Bienvenidos, Robert_Roca.
Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos


Comentarios2

  • Anton C. Faya

    Tal vez eres tu... Tal vez tu amor girando y dando tumbos...
    Solo ve quien sabe hacerlo...
    Te felicito

  • Robert_Roca

    Eres sensacional, me encanta leerte. ¿Sacarás otro libro?
    Un abrazo y un beso. 🙂



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.