¡Déjame entrar abriendo tu muralla,
quiero subir la cumbre de tu cima,
que mi cuerpo a tu cuerpo se aproxima
a entablar tan frenética batalla!
¡Aférrate animosa y mi ansia acalla!
Pues tu deseo al mío le sublima,
y adentrado en el fondo de tu sima
como un volcán mi cuerpo dentro estalla.
*Ya sintiendo pasión tan amorosa
mi voz grita tu nombre y no se calla,
que amarrado a mujer maravillosa
me siento el hombre más feliz que se haya.
Pues a tu lado, mi alma, es tan dichosa:
que de tu amor se nombra tu vasalla.
Comentarios3
Hermoso soneto, Poeta.
Un placer de lectura.
Un abrazo.
Gracias por tus palabras animimosas. Un abrazo, amigo y fenomenal poeta.
Un excelente y candente poema, poeta.
Ya somos amigos.
Espero me visites cuando puedas.
Un abrazo.
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