A Bernie

Carlos Dguez

Quisiera poseer la habilidad de un poeta

para poder dedicarte el más hermoso verso,

no la tengo, sufro por no darte el universo

y no poder alabar tu mirada coqueta.

 

Lo inmensamente feliz que soy con tu amistad,

la seguridad de saber que estás junto a mí,

me cambia la vida, y me da felicidad

saber que confías en mí y yo confío en ti.

 

Nuestra amistad se consolida con tantos años

pues tu buen corazón permite que sea eterna,

ya que en ella no hay injusticias ni desengaños.

 

Tienes una mirada firme pero muy tierna;

pensativa, tal como la de los ermitaños,

felicidades por siempre, siempre amiga Berna.

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  • Autor: Carlos Dguez (Offline Offline)
  • Publicado: 12 de junio de 2018 a las 23:51
  • Comentario del autor sobre el poema: Bernita significa mucho para mí por su amistad y hoy es una fecha muy especial pues en un día como hoy ella nació. Que sea muy feliz es mi deseo. Olvidé decirle cuando le comenté esta idea, que es un Alejandrino, pues cada verso contiene 14 sílabas.
  • Categoría: Amistad
  • Lecturas: 80
  • Usuario favorito de este poema: Ingrid Zetterberg B..
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Comentarios1

  • Ingrid Zetterberg B.

    Muy amoroso y bello poema le dedicas a tu amada amiga....Carlos...Felicito tu versar y te dejo mi fraternal saludo.

    • Carlos Dguez

      Aprecio en todo lo que vale tu comentario y agradezco lo marques como favorito. Ingrid, no tienes idea de cuánto significa esa chiquilla para mí. Cuando trabajaba ella me respetaba los descuentos aun a destiempo pues en una ocasión le comenté que yo los pagaba si perdía alguno, lo cual era cierto. Nos comunicábamos con cierta frecuencia pero la verdadera amistad nació a raíz de su renuncia pr motivos personales. Al enterarme la empecé a buscar sin muchas esperanzas pues no tenía sus datos e ignoraba si ella estaría dispuesta a continuar con esa incipiente amistad. Para mi sorpresa y alegría ella me respondió, ya no recuerdo cómo la contacté pero me respondió; por desgracia ese día la red fallaba, intentamos con el teléfono y bueno, una verdadera odisea, la desesperación nos embargaba a ambos pero superamos todo con la ayuda del Señor. Se hizo una costumbre que al salir del trabajo me acompañara vía telefónica durante el trayecto hasta llegar a casa. Nuestra alegría era tal que nos soltábamos unas carcajadas que hasta nos ahogaban, de ese tamaño, y yo en la calle con la silla de ruedas, ya te imaginarás la sorpresa y curiosidad de la gente pensando que estaba loco. Hace poco sentí cierto distanciamiento y para mi tranquilidad, al preguntarle me respondió que no, que todo seguía igual, por lo que le pedí permiso para publicar esto y un corazón calado con su nombre, a lo cual accedió, me actualizó su número telefónico, en fin, la pura felicidad amiga Ingrid, Espero en Dios que todo esté bien, o mejor excelente, para ti, abrazos Ingrid y nuevamente gracias por todo.



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