Otra vez visitando mi choza
llegas de forma tan sutil
tan atrevida y tan silenciosa
arrematas mi corazón frágil
Nunca vienes sola,siempre con la servidumbre
con nubes inertes tapando el sol en la cumbre
desgarrarme se te ha hecho costumbre
desde que pasaste dejando incertidumbre
Tengo un cielo sin estrellas fugaces
y una mala suerte jactante
te ves campante por tener todas las ases
capaces de destrozarme en un instante
Por tu culpa ya no creo planes
tengo repudios y cadenas
mil preludios de condenas
interludios y ademanes
una muerte interna y una apuesta que no creo que gane porque...
La muerte siempre anda bien vestida
no le gusta desperdiciar cada ocasión
tiene en su libro mi flecha exacta
y en mi lapida una oración
Tan egoísta como siempre,
tiene el destino en sus manos pero pasa dejando incertidumbre
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.