Como Andrade,
cuento hoy mis días,
cierro con aldaba y silencio las entradas del alma y enumero
las lunas, los soles, los inviernos, los aciertos, las mentiras, los días de amor y pánico,
los vientos de las tardes de verano...
No niego
que la geografía de recuerdos que aún me queda por construir
pueda abarcar los momentos más dulces.
No niego
que en el umbral del definitivo trecho hasta la luz,
sobre las hojas caídas de los robles,
embarrancado en los charcos de las lágrimas del otoño,
con el último olor del verano de Es Trenc en los ojos,
pueda pedir, a un dios que desconozco, clemencia para mi cuerpo exhausto.
Pero, la única certeza
cuando ya mis oídos se cierren a los siléncios,
cuando el vacío arrase con los recuerdos,
cuando ya ningún jilguero cante en los cerezos:
la soledad.
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Autor:
Nando Urbiés (Seudónimo) (
Offline)
- Publicado: 25 de mayo de 2018 a las 16:51
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 20
- Usuarios favoritos de este poema: Tomás, Amalia Lateano
Comentarios2
Leerte a ti es como caminar por un camino de sueños sin alcanzar pero que al final sabes que está la luz .. un abrazo
Amalia
Gracias. Amalia. Esos sueños sin alcanzar -¿inalcanzables?- los los que nos hacen vivir intensamente el presente, "para volver a construir el mundo".
Yo también leo tus poemas y siento una gran conexión con tus palabras.
Si te interesara hace tiempo que publico en mi blog poemas en asturiano y en castellano .
Un abrazo.
Enhorabuena por tus poemas
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