Vampiros -Redondillas-
La noche a gritos les llama,
ir por sangre es su respuesta
y la absorven entre fiesta...
el averno los reclama.
Estos seres no envejecen,
duermen siempre en ataúdes
son malignos no lo dudes,
te engañan y te adormecen.
Son esbirros del demonio,
llevan con normalidad
su eterna inmortalidad
en sus ojos de circonio.
Expertos son en amores,
a un vampiro nunca ames
ni su boca tú reclames
aunque sean seductores.
Un beso y una flor
Alfredo Daniel Lopez
25 - 05 - 2018
-
Autor:
Alfredo Daniel Lopez (
Offline) - Publicado: 25 de mayo de 2018 a las 05:49
- Comentario del autor sobre el poema: Yo no soy un vampiro, pero no niego el irresoluto deseo que tengo de morder el cuello de mi bella musa, dejando en ella no mis colmillos, pero si las marca de mis fogozos labios, de mi ardiente boca, de la pasión que por ella me aloca. Y así, que en su cuello que quede plasmado con un halo redondo, de color rosado, que coqueto muestre un bello "chupetorro" -el que mis labios en ella impregenen- como muestra tangible del amor que en mi musa tanto deseo plasmar. Es solo un sueño que a la luna en las noches elevó, una plegaria, un deseo que nunca sabré si será realidad o viviré siempre como Cirano de Bergerat. Un beso es más que una emoción, es una entrega de parte de tu vida al ser amado, como muestra de lo que ella -en mi caso Ana- representa en mí azorosa vida. Me recreo soñando, que en algún momento pueda saciar mis instintos vampirezco y poder moder suavemente o mejor dicho besar, ese largo, suave y blanco cuello, así lo sueño -no se si será real- de mi amada Anbel... Espero que ello no te asuste mi querida musa, tienes a este tu caballero errante más loco que aquel que ve montando en un unicornio. Un beso mi musa, mi cariño, mi cielo... Solo espero Ana algún día tomar ese café contigo, con ello me sentiré ya servido y pagado en este deseo que me consume, por conocerte, darte un beso y una flor y estar aunque sea un instante a tu lado.
- Categoría: Sin clasificar
- Lecturas: 88
- Usuarios favoritos de este poema: anbel, Héctor Martínez Sanz.
Offline)
Comentarios2
Morder un cuello así, y tomar su sangre... como en un cuentos vampírico.
Sangre roja que se transforma en distintos tonos... como el arco iris en sus colores.
Así es Hugo Emilio amigo mío, lo has sintetizado muy bien. Gracias por la visita, te retornaré el gusto.
Un abrazo fuerte amigo y poeta.
jaja que espectacular tu poema me recordaron a Dracula je Fabulosas te quedaron las redondillas amigo
Gracias mi querida 'paisa', me alegra que estos versos te hicieran evocar a Drácula... Quizás en el fondo todos llevamos un vampiro dentro, y dicho así puede sonar feo pero de deja de ser apasionante.
Un beso y una flor.
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