Novela de Amor Inconclusa

Madre. Novela de amor inconclusa 

que nació allá en una mirada allende 

cuando revoloteabas como mariposa 

buscando el arco iris y bailabas  

el primer  vals de la vida. 

Mujer útero, mujer beso,  

mujer caricia, mujer poesía.  

Mujer madre, hija. 

Mujer icono, mujer de esquina y 

de altares que fuisteis dejando  

jirones de piel en cada hito de otras vidas. 

Que importa que ahora solo seas 

una larga historia de trivialidades 

en el que el amor fue el tazón 

que siempre brindasteis,  

pero nunca bebisteis. 

Llevo esta parte de ti 

adherida a mi piel 

como el mimetismo de tus manos 

que a veces son caricias, 

otras veces garras y otras 

tantas las gobernadoras 

de las riendas de inseguros corceles. 

De allá y de acá 

llegas vestida de luna y sol 

calzando las alpargatas 

nazarenas de empolvados caminos. 

Sabes del sabor amargo del ajenjo 

y del dulce néctar de la miel. 

Tú sabiduría ancestral 

te ha hecho la curadora universal, 

pues tus lágrimas lavan heridas 

consuelan dolores y mueven montañas. 

Cuando amasas el pan 

la levadura de tu sudor 

prodiga el milagro de los panes 

y alimentas a los tuyos  

como a los desvalidos 

seguidores del Cristo. 

Mujer publicidad. Mujer ejecutiva. 

Mujer soldado. Mujer limpieza. 

Tu vientre como rosa abierta 

acoge la semilla de la vida 

y la devuelve echa llanto y sonrisa. 

Tu caminar es una danza febril  

como el de la obreras de un panal. 

Bailando entre notas de amor 

y descompasados gritos de vida 

vas quedándote estática y quieta   

hasta acurrucarte en el seno 

del lecho de tierra. 

Antes hemos sido amamantados 

de las alforjas de tus senos 

y hemos ido a tus espaldas o 

a tus hombros oteando temerosos 

el camino inconcluso  

de tu larga novela de amor, 

escrita con la infinitas 

huellas de nuestros pasos 

que seguirán yendo siempre 

en busca de esa otra historia de amor.