Flor salvaje

Claudio Batisti



 

 

No le bastaría al iris

surcar el cielo,

si en eso no encontrara

tu mirada,

que desnuda y viste

mi cuerpo de besos.

 

De tus manos…

no podrían hablarme,

los árboles que doblan

sus ramas para aferrarme...

Si en cada hoja

no encontrara el sobresalto

de un suave toque tuyo.

 

Y el mar...

que decir de aquel mar

que irrumpe en nuestro amor,

transformando su marea natural

al quemar más que el sol.

 

¡Oh condena de mis noches

no te calles como el ruiseñor!,

que cada atardecer

llora la luz del día.

 

Eres ansía oculta en el invierno

que germina en mi cuerpo,

¡Con la emoción

de una flor salvaje!

 

Claudio Batisti

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Comentarios3

  • Yolanda Barry

    hola,feliz sabado,es precioso tu poema,un gusto saludarte.

    • Claudio Batisti

      Gracias Yolanda :
      Querida amiga es un honor para mí que el tema haya sido de tu agrado, como ves me he sacado el traje acartonado y he dejado fluir mis sentimientos. Con especial afecto te saluda cordialmente. Claudio

    • Yolanda Barry

      aahhh...el tema precioso,mi papa lo tocaba en el piano.💓💓

      • Claudio Batisti

        Que suerte has tenido, mi padre tocaba el acordeón y un poco la guitarra canciones que le hacían recordar su tierra lejana, hoy llueve y el día está gris y me has hecho recordarlo...💓💓
        https://www.youtube.com/watch?v=l_m725Oxw-A

        • Yolanda Barry

          que enlace tan precioso.somos unos afortunados al crecer escuchando musica,gracias yo igual recuerdo al mio en muchas canciones.

        • María C.

          Una bella flor salvaje que se desgrana al amanecercon un triste llanto de ruiseñor.
          Un abrazo.

          • Claudio Batisti

            Querida amiga Isiszkt.
            Querida amiga un amor que ya no está pero que perdura en el recuerdo se vuelve más sublime y a la vez más intenso, porque mirando al cielo se recordarán sus besos, las ramas de los arboles parecerán sus manos que nos acarician, y el mar que decir del mar tan inmenso y profundo como el cielo azul, condena a las noches como a un ruiseñor que canta al atardecer esperando un nuevo día, y su recuerdo más fuerte aún nos hace temblar como el invierno hace temblar una flor silvestre perdida en la soledad del prado sola y sin abrigo. Con el mayor aprecio te saluda muy cordialmente. Claudio



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