De niño

Esteban Mario Couceyro



De niño jugaba

a vivir

en mundos

imaginarios

creados a diario

en esa pieza

con paredes de cielo

un mundo

donde Dios

…………

era yo.

 

Me acompañaban

seres extraordinarios

que se escondían en libros

algunos

detrás de las cortinas

pero solo uno

surgía

lentamente por la pared.

 

Su imponente cuerpo

parecía una torre de metal

vacía

sin ojos ni boca.

 

Se quedaba parado

sin moverse

enigmático

misterioso.

 

Pasaron horas

en que lo observaba

tímidamente le pregunté su nombre

no emitía sonido.

 

Pasaron días

en los que aparecía

por las mañanas

y se iba al atardecer

sin hacer nada

solo estaba.

 

El último día

tras unos minutos

le dije que lo llamaría

Hombre

y no respondió.

 

Acercándome

di vueltas a su alrededor

y llegando

por detrás de él

pude entrar.

 

Me preguntarán

qué sentí

………...

pues nada

solo me pareció

estar dentro de una cárcel

con forma de hombre.

 

Salí

me senté frente a él

y le dije

Hombre

desde ahora

si queremos jugar

serás Dios

y yo el hombre.

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Comentarios +

Comentarios2

  • larisadelesqueleto

    intercambio de papeles
    pérdida de la inocencia
    curiosidad por lo desconocido

    siempre dejas cosas en tus poemas, y siempre tus comentarios son instructivos

    un abrazo

    • Esteban Mario Couceyro

      Quizá el inocente, es el adulto..., los niños no pretenden modificar al otro, solo se modifican a sí mismos, mediante la imaginación.
      En este caso el protagonista intuye empíricamente la realidad posible.
      Gracias por tu comentario.
      Esteban

    • Ӈιρριε Ʋყє ☮

      Tal vez renegar de la propia divinidad era su síntoma de madurez...

      Abrazo, Esteban

      • Esteban Mario Couceyro

        Sin duda, los niños pueden sorprendernos, con desplantes a la lógica que pretendemos de ellos.
        Este personaje niño, me resulta inquietante.
        Un abrazo.
        Esteban



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