A pesar de todo...aún la amo

LizCac


Parte I

En mi soledad, recordaba a aquella muchacha
que desde nuestra niñez y principio de nuestra juventud
crecimos en el mismo vecindario, fuimos a la escuela juntos
y siempre la acompañaba, cuando estudiábamos en el colegio.

    No fue sino hasta comienzo de nuestra pubertad
que descubrimos algo maravilloso: El amor.
El amor inocente, de timidez, de sentirnos en un mundo diferente
cuando nos dimos nuestro primer beso.

Estábamos sentados en una banca del malecón
que estaba cerca a nuestras casas.
Era una tarde nublada, soplaba una brisa fresca
y mirábamos las olas reventar en la orilla del mar.

Tuve un impulso de besarla en la mejilla
pero élla, no se si lo presintió cuando muy despacio
me acerqué hacia su rostro, volteó para mirarme
y llegué a besarla en la comisura de sus labios.

Disculpa le dije, no fue mi intención, solo que...
Y ella dijo, ruborizada, que esperaba que algún día lo hiciera,
porque también lo anhelaba, lo deseaba.
¿Sabes? me dijo muy bajito, a mí nadie me ha besado.

Yo tampoco he besado a una mujer, le contesté.
entonces por qué no juntamos nuestros labios
y descubramos que es lo que se siente
al dar y recibir un beso. 

No fue un beso apasionado, mas bien temeroso
dulce y delicado. 
Nos abrazamos. Sentí un no sé qué indescriptible.
Nos miramos con ternura y al unísono dijimos te quiero. 

El sol asomó, en ese momento, radiante
y le dije hasta el sol está feliz de nuestro amor.
Nos prometimos querernos, amarnos y respetarnos
y pedimos al Señor que nos bendiga.

Un día llegó sollozando. ¿Que te pasa, por qué lloras? le dije.
Me voy al extranjero. Mis padres así lo han decidido.
Lo entendimos. Juramos amarnos a la distancia.
Nos dimos un beso dulce y apasionado.

Y como si fuese una premonición le dije antes de despedirnos:
"Tengamos fe y confianza en la distancia y recibamos
con fortaleza y resignación lo que el destino
nos depare en el futuro" 

💐💐💐💐💐💐💐💐💐

Parte II

He regresado a la ciudad donde crecí
después de mas de dos décadas.
Estoy sentado en la banca donde solía estar
ubicado en el malecón frente al mar.

Me acompañaba mi amigo de la infancia
recordando lo palomilla que éramos.
El panorama ha cambiado mucho.
Hay edificios nuevos y altos alrededor.

El camino para bajar a la playa,
antes de arena, hoy son gradas de cemento.
Mirando el horizonte hacia el ocaso del sol
estaba ensimismado con los recuerdos.

De repente, oigo que alguien pronuncia mi nombre
 Volteo para ubicar quien 
supuestamente me llamaba
y ví a una mujer alta y elegante.

Quise levantarme para decirle
si era a mí a quien buscaba
y en ese momento apareció un niño que dijo:
"aquí estoy mamá".

"Vamos, le dijo la mujer, tenemos que irnos
Mañana volvemos a casa.
el vuelo sale muy temprano".
Subieron a un carro y... partieron.

Quedé impresionado por su belleza.
Se me hacía familiar, algo venía a mi memoria.
Cuando le iba a preguntar a mi amigo si la conocía...
Él sonreía moviendo negativamente la cabeza y me dijo:

"Pero... ¿No la has reconocido? Es tu gran amor..."
Me ha entregado este sobre para que te lo diera"
Lo recibí y lo abrí con mano temblorosa
Y empecé a leer con gran ansiedad.

"Perdóname por escribirte y no haberte buscado para que hablemos.
Supe, hace unos días, que habías regresado después de mucho tiempo.
Te incluyo el sobre y la carta que te escribí que me devolvió el correo.
Nadie sabía donde exactamente te habías mudado.

Allí te explico con detalle que, por un accidente que tuve al llegar.
no pude escribirte antes de que te fueras del barrio.
Me casé hace diez años.
Soy feliz porque tu me enseñaste a serlo.

Tuvimos un hijo y cuando mi esposo me preguntó 
que nombre me gustaría ponerle
a mi mente vino, cual rayo, el tuyo.
Y él me dijo: "Si es tu deseo, así se llamará".

Espero que tú también seas feliz.
Gracias por al amor que me diste.
Recuerdo tus palabras:

"Tengamos confianza en la distancia y recibamos con fortaleza
y resignación lo que el destino nos depare en el futuro"

Te quiero como mi mejor amigo que he tenido jamás.
Hasta siempre"


 
No sabía si reír, llorar o gritar.
Cerré mis ojos y en silencio me dije:
Gracias Señor que élla es feliz...
A pesar de todo... aún la amo. 

 

 

 ©LizCac

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  • Autor: LizCac (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 29 de abril de 2018 a las 00:51
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 38
  • Usuario favorito de este poema: Ingrid Zetterberg B..
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Comentarios2

  • Ingrid Zetterberg B.

    ¡Qué bella historia de amor!, y qué triste me pareció el final....No sé si es de la vida real o si es tu fructífera imaginación de poeta....pero me hubiera gustado que volvieran a unirse los dos....pero muchas veces el primer amor no resulta para siempre...aunque jamás se olvida el primer beso. Felicito tus letras y te dejo mi cordial saludo. Ingrid Zetterberg

  • LizCac

    Es una historia ficticia. Dando énfasis a un final triste. No todas las historias de amor deben tener final feliz. El reencuentro, después de más de veinte años, es solo para decirse: ¨Hola cómo estás¨y tener la oportunidad de conversar como dos amigos, es mas si los dos han formado su propia familia.
    El propio personaje lo dice: "Fortaleza y resignación por lo que el destino nos depare en el futuro". A veces así me imagino la vida.
    Gracias por tomarte el tiempo de leerlo y darme tu opinión.



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