¡Ay, quién pudiera
regalarte de día
la noche entera!
Cuando despacio me besas,
la albura de las sábanas
se mancha de estrellas.
Mientras me navegas
gira enloquecida
la brújula de mis piernas.
¡Qué maravilla
el volcán de mi sexo
quemándote la vida!
Luci Garcés, de "Me basta con mirar" Pontevedra 2000
Comentarios1
Me gustó tu poema, Luciana.
Saludos.
Pau
gracias
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