Testamento actualizado

Joseponce1978

MATEO 19

 

Y después de una larga travesía, conseguí llegar a Israel, donde se estaba celebrando la convención de las naciones unidas. Me acompañaban mis 7 apóstoles: Mudito, Tímido, Feliz, Sabio, Gruñón, Mocoso y Dormilón.

No me resultó sencillo atravesar las 14 líneas de policía que acordonaban el recinto, a pesar de estar acreditado. Lo más duro fue sortear a los fariseos manifestantes que protestaban en contra de aquel sanedrín.

Una vez en el umbral del congreso, hice llamar al Rey Herodes Trump y a Poncio Putin, y antes de que se presentaran ante mí, me dirigí a mis apóstoles, a los que dije con tono solemne:

-Mirad, guardaos de la levadura de los sadúceos.

Mis apóstoles se miraban entre ellos cariacontecidos, pues creían que les decía esto porque habían olvidado pasarse por el hipermercado a comprar pan integral. Todos menos sabio, que había captado al vuelo mi mensaje subliminal.

Cuando el rey Herodes Trump y Poncio Putin hicieron acto de presencia, comencé diciéndoles:

- En verdad os digo, hermanos, que esto se nos ha ido de las manos. ¡ Guías ciegos, que coláis el mosquito y tragais el camello! ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas! Porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. Más os vale que limpiéis primero por dentro aunque por fuera esté lleno de mugre.

Mis interlocutores me miraban ojipláticos sin dar crédito a lo que tenían ante ellos. " You are very very crazy" comenzó el Rey Trump. "Mariconenko" añadió Poncio Putin.

-¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo pensáis escapar de la condenación del infierno?- les espeté, a la vez que traté de buscar un gesto de apoyo en mis apóstoles. Dormilón estaba roncando. Yo sabía de antemano que no podía confiar mucho en él, y que antes de qué el gallo cantara, me habría negado 3 veces. Por fortuna, mi siempre leal Mudito salió en mi ayuda, haciéndoles una peineta a aquellos dos Sadúceos que se burlaban de mí. Sin embargo, antes de que le diese tiempo a extender del todo su dedo corazón, entre  veinte guargaespaldas lo habían reducido y se lo llevaban a crucificarlo.

-Perdónalos padre, que van borrachos- dije mirando al cielo.

Entretanto, uno de los manifestantes, milagrosamente,había conseguido sobrepasar el impenetrable parapeto de contención hasta llegar a mi lado e imploraba justicia con el pobre mudito. El resto de mis apóstoles también habían enmudecido a estas alturas del pasaje, sobre todo Tímido, que se había escondido bajo mi chilaba.

- ¡Justicia!- clamaba el manifestante - ¡Que pongan freno al hambre en el mundo! ¡Stop al cambio climático!.

Yo, impresionado por el ímpetu de aquel buen hombre, le puse mi mano derecha en su hombro, y con un nudo en la garganta debido a la emoción que había suscitado en mí:

- En verdad te digo, hermano entre hermanos, que tus plegarias me llegan al alma. Serías un gran discípulo mío. Y por eso te voy a sugerir que te desprendas de todo lo que tienes, que vendas tus posesiones para dárselo a los pobres, te descalces y me sigas. Pues solo así encontraras el camino de los cielos.

-¿Pero qué dices, me estás pidiendo que venda mis 2 casas, mi fábrica de quemar neumáticos y mis tres coches? ¿para regalarlo? ¿Pero tú te has escapado del manicomio?- me dijo antes de quitarme la mano de su hombro bruscamente.

  • Autor: Joseponce1978 (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 2 de abril de 2018 a las 17:20
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 16
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