La muerte

Marijose Luque Fernandez

Se paró el tiempo

el sol se nubló

el suelo se abrió a sus pies.

 

Paso paso

retumbaba su voz.

relucía blanca sabana

Amarilla tez.

 

Habitación rosada llena de amor

La cabeza baja,

bamos temblorosas

frías y abundantes

recorrían dulce, joven mejilla.

 

ahora, no existe el tiempo

momento de olvido

¡Todo pasa pronto pequeña!

Se escuchó una voz en el fondo-

 

Alzaba entonces la cabeza

y riéndose ella dijo:

¡Todo menos yo, querido!

 

Pálida, amarilla su tez,

sus ojos huecos, paso a paso

la luz volvió

y allí quedó algo frío,

inerte...

 

Marijoe.-Fotografía red

 

 

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