Tenía

Tenía sus manos juntas, como si con ellas apretara mi alma, como entrelazando nuestras vidas para que no huyera.

Tenía sus ojos puestos sobre la noche, tan segura de sí, como si con la vista pudiera verse todo.

Tenía la fe abandonada por muchos y un misterio risorio como si supiera de un secreto encontrado.

Tenía una grieta en el corazón, y palabras mudas, ganas de reprocharle a un desconocido como ese instante no era como otros.

Tenía una lágrima al borde de sus ojos y allí toda la luz de la noche, creía además que las estrellas tenían su idioma y tantas veces no eran escuchadas.

Tenía la necesidad de vivir otras vidas, sin saber siquiera cuantas, por solo una persona, como si su amor fuera poco, como si fuese cómplice del egoísmo…

Tenía la sensación que la existencia se reducía a cosas tan simples, como nosotros sobre el techo, diminutos a la inmensa noche.

Tenía una trampa en su risa de niña, en la que caía cual excusa de encontrarnos siempre.

Tenía la sensación de agotar su encanto, sin saber cuan maravillosa hacia parecer la brisa fresca de la noche que  aun no olvido, y menos en estos instantes que no está conmigo.

Tenía la vida fugaz que algún día ha de irse.

Tenía los sentidos idos en el azul estrellado, y su ferviente amor lo sentía cuando apretaba tanto mis manos y al mirar aquellas casas vagas será una pintura romántica y los grillos será música y no será pasajera la noche en ninguna época…

Tenía más cosas de las cuales recordar, tenía un destino unido en sus tiernas manos y tenía la luna una puesta inolvidable y tenía yo que describir esos minutos aunque ella los detuvo.