**-La Vida de Jesus-**

Zoraya M. Rodríguez

Un día llegó el ángel San Gabriel a los aposentos de María, (nuestra Virgen María). Él, le habló intensamente y se reveló ante María y le expresó que sería la madre del hijo de Dios. Y ella se dispuso totalmente ante sus manos. Mientras que José, no le creyó. Pero, aún así en un sueño le habló el Señor Dios y pudo creer. En otro sueño, también le habla el Señor Dios y le indica que lleve a María de ese lugar en que estaban. Nace el hijo de Dios en un humilde pesebre en Belén y con Él nació la inmensa estrella en el cielo. Iban por el camino los Tres Magos de Oriente Gaspar, Melchor y Baltazar se encuentran de camino a Herodes y ellos le cuentan todo. Entonces Herodes decide matar a todos los niños menores de un año de vida para matar a Jesús. Mientras tanto los Tres Reyes Magos encuentran el pesebre y le ofrecen mirra, oro e incienso. No se sabe nada más de la vida del Señor hasta que en las fiesta de pascuas lo llevan cerca del templo de la sinagoga. Allí, se pierde por tres días, hablando con los doctores. María y José y Jesús perdido y hallado en el templo después de tres días. No se sabe nada después de este encuentro en la vida del Señor. Y aparece después predicando entre la multitud, enseñando por todos los pueblos, orando a Dios, y diciendo que Él era hijo de Dios. Predicó y predicó, oró y oró, fue a muchos pueblos a enseñar la palabra de Dios que esta escrita y que nadie podrá borrar del mundo ni de la historia universal. La vida de Jesús, como lo llamó María al nacer, se convirtió en un hombre de palabra, enseñó la escritura de Dios, el poder de Dios, en carne y semejanza a lo que Dios quería que Él viniera a cambiar al mundo ¿y, lo cambió? Pues, sí. No hay otra manera de explicar lo que Jesús hace con sus hermanos, con todos los hijos en Jesucristo y en contra de las enfermedades Él siempre tenía la cura, la salvación, el rescate, el alivio, y más aún el poder de la sanación. Curó, a mucha gente, cojos, ciegos, exorcizó demonios, sordos, mudos, y leprosos. Y cumplió su promesa de tres años predicando en todo los pueblos, en las sinagogas, en el templo y en muchos lugares. El hombre de Dios, se hizo hombre, y cumplió su promesa, su redención, su vida por el mundo de los vivos. Enseño parábolas, frases, proverbios, refranes, salmos y oraciones. Después de cumplir toda la encomienda de su padre el Dios Todopoderoso en la tierra bendita. Un domingo, Él, entró al pueblo de Jerusalén en un burro y todo mundo lo veneró, lo alabó y lo amaban, con palmas benditas lo recibieron al hijo de Dios Jesús de Nazareth. Llegó el jueves santo, una cena, un beso, una oración y una entrega. En la cena hubo un cáliz, vino y pan, sangre y cuerpo y lo repartió a todos sus discípulos. Y declaró firmemente que uno lo entregaría y que sería el traidor. Oraba intensamente Jesús, el hijo de Dios, yá se acercaba la hora de ser entregado y vendido por treinta monedas por Judas el Iscariote, y oraba y sudaba gotas de sangre. Mientras que sus discípulos estaban dormidos. Llegó la madrugada, la entrega de Jesús, a las autoridades, y con un beso lo vendió, lo entregó, lo traicionó. Pasa por muchas etapas desde la madrugada, Pedro lo niega tres veces como Él mismo lo vaticinó hasta que fue sentenciado a muerte. Pilato se lava las manos de la sangre de ese hombre inocente. Y el pueblo escoge por ser el día de la pascua a Barrabás y a Jesús lo condenan a muerte. El viacrucis más sangriento, más pasional, más sacrificio, más arrepentimientos, más escalofriante que jamás en la historia de la humanidad se había vivido, visto y más aún sentido. Deja su rostro en una manta, mientras con su cruz al hombro a mitad del viacrucis. llega al Monte Calvario donde crucifican a ladrones, malhechores, y asesinos. Pero, Él no era nada de eso. Él era el hijo de Dios. Que son su sangre perdonó los pecados del mundo, hizo redención en la salvación de los pecadores. Y así cumplió con el encargo de Dios. Salvar a la humanidad del pecado. Murió y expiró en una cruz, donde dejó vida, amor, sentimiento, lucha, coraje, perdón, sacrificio, redención, pasión, misericordia, piedad, alma y corazón. Jesús elevó su espíritu a Dios, donde pertenece, donde fue su poder dado, donde es y siempre será el hijo de Dios. Y resucitó a los tres días. Y demostró más ser el hijo verdadero de Dios. Con sus llagas en las manos, clavos en manos y pies y una  corona de espinas en su cabeza. Y dijo sí, que regresaría, que vendría de nuevo a reinar por los siglos de los siglos, amén. Y que su reino no tendrá fin. Alfa y omega, principio y fin de todo lo vivo. Es el tiempo, es la era, y es la época. Un hombre para la historia, para la vida, para el amor real y verdadero. Un hombre hecho carne, un hombre hecho con la mano de Dios. Si soy creyente o soy atea, eso no importa, lo que importa es que un hombre vino y cambió la manera de ver la vida, de sentir y de vivir. Un hombre de los que nadie, ninguno, nunca, se podrá igualar…Jesús de Nazareth…Nuestro Dios…

 

Amén




                                  

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  • Autor: EMYZAG (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 26 de marzo de 2018 a las 00:43
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 460
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