COMO UNA LLAMA

Suavemente se posa.
Como un misil perfora.
Delicada la forma.
Fiera la fuerza.
Soporte de la ira,
que le transforma.

La palabra adecuada.
La voz sin notas.
De matices cuajada.
Soez y átona.
Que rebaja y humilla.
Calma y conforta.
Acaricia las sombras.
Y las derrota.

Suavemente se posa.
Como pavesa.
Un suspiro que vuela,
como una llama.
Que calienta las alas,
cuando está cerca.

Un susurro de nácar.
Se siente doble.
Penetrando con calma.
Como una nota,
de nacimiento noble.
Empapando la fibras,
más delicadas.

Se acerca lentamente.
Con felino sigilo.
Para que no se nuble,
la senda del camino.
Beso volando.
Suavemente pintado.
Sutil y cristalino.

En la alfombra del mundo.
Duermen las voces.
Cómodamente ciegas.
Mudas, sin nombre.
Silenciosas cautivas.
Sin un destino.
Perezosos silencios,
de sacrificios.

Suavemente se posa.
Como aquel verso.
Que besando la boca,
quedose quieto.
Saboreando los labios.
Que ansiando nombrarle,
duermen atentos.

Irreverente amigo.
Que no queriendo salir.
Palpitante e inquieto,
contiene el grito.
Adornado suspiro,
cual fiel amante.

No soporta el encierro,
la voz airada.
A golpes va saliendo.
Y en cada golpe.
Va zarandeando al preso,
que lleva dentro.
A. L.
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