A Paloma

Santiago Miranda




Amor yo canto
Todo mi amor
Por ti espero
Se haga visible
A través de la libre
Palabra quebrada del eslabón o pasado
Al cual fue ligada desde el origen al significado
Invisible, mi amor la esencia 
Del sentir resentido; oh el supremo 
Amor, amo del esclavo en su influjo
Insurrecto; en amor hados, en amos errados
Al ser siendo atados al amor de enamorados
Por el deseo o el temor de ser
Dejado ante todo miedo perdido, dejar el pasado
Al caer en lo vertiginoso del otro; su tierno pecho
Y ya caídos en el amor ambos por consumirse, recaen
En el juego de prenderse fuego y apagarse; todas las noches


Oh estrella volvemos al ruedo a probar: algo más de su sustancia nociva
Dos de ellos ya adictos al encuentro, inquietos ante la partida y
Fracturados en su mitad ya escindidos cada uno dentro del otro 
Por su parte vagabundeada en la posibilidad del encuentro
Mi amor, la amada desprovista y pura
Necesidad mía, No tengo de mí 
Otra cosa para despojarme que este canto
Nuevo polvo sobre otro resplandor mundano
Que el del cielo proyectado a través de tus ojos
Y el frágil consuelo que en mi dicha has sembrado
En tu danza celeste, cósmica, cuántica; tú
Cornucópico cuento, ideológico sendero iluminado 
En el vetusto recuerdo del relato: prometidos estados  
En la consciencia del ser y no jamás nunca del tener 
En aquella tierra insondable nacida de tus pies
O el sudor tuyo que trajo el monzón a mi desierto
O los 40 días separados que deambularon heridos 
O el lago escupido por tu boca, o de tu lágrima 
Lo oceánico imperecedero, y de tu accidente, al fin; la historia 


No hay otra nube o vuelo que de tu sueño no haya
Sido concebido en el amor por ti al mundo 
-En tu amor de mí al mundo-  y el placer
En los labios pernocta, ardiendo sereno
Y mi flamígero espíritu va enhiesto, dispuesto 
A doblegarse -mi árbol bíblico- en ti ; leche y miel
Por recrearnos en este nido el Edén esta vez
Otra vez, otra vez antes que el recuerdo del todo
Lo olvide de nuevo, otra vez unidos hasta no poder
Separarnos del todo de nuevo en la vida fuera
De la vida, volver en el trabajo personal, el recuerdo
Sobre la solitaria reminiscencia manual, correr al velo
De la carne, disolver el cuerpo en otro cuerpo, desaparecer
En este cuarto nocturno, retratarnos ahora eternos 
Madre de estrellas, figura irrastreable del tiempo 
Poder/querer/desear amarte desde cada punta de tu estrella
De siete esquinas; desde los mil rayos de tu rueda, besar
Y conocer cómo te conoces a través de tu entendimiento, pensar
Y descender confiado hasta el manantial purísimo, muy puro, morder
Y en el centro del mundo; la bóveda de lo vivo, el eco del origen, escuchar
Y al bajar en ruta a la ciudad joya, fértil campo de lo sensible, palpar
Y ahora encontrado en el propio lugar del estar, al borde de ti, lamer, penetrar
Y acabar en el sostén de tu raíz, fertilizar con esta semilla la tierra sagrada

Tú que aquella noche pariste tu luz del centro; vientre y pecho
Y por el resto de esquinas partidas, saliste despedida, destellada
Y yo que alguna manera salí de ti y fui 
Aventado al mundo, al encuentro del otro
Arrojado, hacia su encuentro infructuoso
Despedido, me perdí de ti pero ahora acudo 
Al encuentro al fin completo; con mi derrota y mi duelo
Y el fogonazo y centelleo, de la no trascendencia 
Hacia tu pozo profundo, tu montaña sagrada
A la que bebo sabiamente antes de emprender el rumbo 
Hacia el origen de la palabra y el fuego 


Tú y solo tú te repites en todos mis amores
Por eso te reconozco; pura imagen, océano 
Es una risa tuya en este incierto naufragio
Paloma, recorre a través del día, transparente
Volátil, sedienta, sanguínea de paz y de duelo 
Paloma herida de dolor ajeno
Te entrego esta insensible, pacifica fortaleza
Paloma entregada al sentir, sublime
Mi espejo de perfecto mundo, duplicado
Paloma toda corazón y vuelo estrellado
Mi deseo de bien va contigo, unido
Paloma a tu fuego entrego
Mi lengua oscura, la palabra expulsada
Paloma a tu cielo entrego 
Mi cíclico vuelo extraviado
Paloma te entrego mi llama, mi polvo, mi asma
Mi polvo en tu polvo, y el próximo giro de mí destinado 
Y si pudiera entregar mí voluntad tuya sería
Pero no todo en mí puede ser pertenecido
Cómo no todo en ti amor de mí proviene 
Cómo no todo puede ser conocido o comprendido
Como no todo de mí en ti es dado


Esta historia es del amor la historia
Y/O
Este amor es la historia de la historia 
Y=O
Esta historia de amor es la historia de la historia 
Y y O
Esta historia de la historia es la historia del amor:
Y
Esta historia es toda la misma historia de lo humano

Desde el primer fuego hasta el último
Aullido incierto trocado en este llanto primero

Tú; Juana del arco aguerrido, yo de la gleba el siervo 
Tú; Eva el hueso de mi miembro fundamental, la ausencia 
Tú; Indomable yegua, el deseo ardiendo, tras el muro de Troya
Tú; la Zarza y el Cáliz, la Piedra escrita en el monte, por rayos
Tú; Vellacínea de oro, Sirena alzando su himno de Ondinas
Tú; Toda piscis, manantial del maná emanado a través de la roca
Tú; Sacerdote del templo, doncella virginal iniciada en los cultos órficos
Tú; Sacrilegio, inmolada en los campos de Deméter el próximo solsticio
Tú; Mujer urdiendo, la historia de la barbarie manteniendo la luz desde abajo
Tú; Hilvanando estos salmos en tu duelo de Ítaca, trenzando 
Tú: Parca, las tijeras que dejas caer en un suspiro mi respiración postrera
Tú; Cleopatra ∞ ; mordida reina, yo soy el tirreme hundiéndose tu piélago 
Tú; La conjunción de Hipatía siendo estudiada, yo pétreo besándote, cayendo 
Tú; Las mujeres del drama; Julieta arrancacorazones, Desdémona la inquebrantable
Tú; Mí Ofelia traslúcida, agitada, Calpurnia jamás escuchada, Lavinia la hermosa mártir
Tú; Sibila, yo el cordero -adivinen la suerte de nuestro imperio- degollado 
Tú; Lucrecia asesinada por la venganza,  yo la daga sanguinolenta 
Tú; Ariadna, el destino cruel que nos habrá perseguido, yo el héroe desvergonzado
Tú;
Tú; Espacio en blanco
Tú; La madre de la historia, la musa susurrando y a la vez lo escuchado
Tú; Dulcinea del Toboso; la anónima cortesana del Mediterráneo
Desde Tiro a Cartago, desde Lesbos a Ur, desde el monte de Venus al Palatino
Sacerdotisa a cargo de lo sagrado, misterio alejado al cabrío macho
Ella/tú siendo la noche insondable, Él o yo siendo lo superficialmente esclarecido
El yo; esta vez lo dado, la mantención de lo inestable, la explotación
La ilusión de lo distinto; lo errado, yo esta vez la espada en el lago,
La demolición de lo bello, Yo esta vez la daga y el molino
Yo esta última vez sobre tu agua el fuego

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  • Autor: Santiago Miranda (Offline Offline)
  • Publicado: 25 de febrero de 2018 a las 23:57
  • Categoría: Sin clasificar
  • Lecturas: 37
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Comentarios1

  • Texi

    .¡MAMA MIA...!



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