El toro Manuéh

Juan Pablo Perez

Nací en una pequeña finca llena de campos verdes y cerca de un bosque, nunca tuve problemas con nadie y siempre me gustó correr por el campo.

 

Un día pastando ví una bella vaca que comía pasto cerca donde vivía, el único problema es que se encontraba al otro lado de una cerca con espinas.

 

Crecí y me comenzaron a salir cuerno de la cabeza, recuerdo estar muy contento, me sentía imponente, con poder.

 

Un amigo humano que vivía en una extraña cueva cuadrada, solía traer comida que hacía que mi energía subiera y pronto engordé.

 

Un día al atardecer una caja azul que hacía mucho ruido llegó a la cueva del humano, de ella salieron otros humanos con un objeto alargado que escupía fuego. El humano que siempre solía traer comida a mí y a mi amiga, una perra dorada que le gustaba ladrarme al verme correr; pronto los ví en el suelo sangrando, me enfurecí y ataqué a los humanos con sus armar extrañas.

 

Logré defender a mi familia pero pronto me ví herido y con el pecho doliendo, no podía casi ver y muchas personas llegaron por todas partes a ayudarnos...

 

Pasó mucho tiempo para recuperarnos, mi familia y yo logramos olvidar lo que sucedió.

 

Mi amigo humano enfermó y pronto murió, las cosechas se secaron y pronto comenzó a acabarse la comida.

 

Un camión grande llegó un día y mi familia llorando me señaló, un arma apuntó a mí y sentí un pincho en el cuello y pronto caí inconsciente... Desperté en un lugar muy frío y con un pequeño bulto de comida que pronto acabó...

 

Un hombre llegó por una pequeña compuerta y lanzó hacia mi una roca que lastimó mi ojo, confundido corrí buscando una salida pero el cuarto no tenía ningún lugar donde escapar, sentí de nuevo un pincho en mi cuello y de nuevo inconsciente...

 

Desperté esta vez en un suelo frío y rígido que hacía mucho ruido al colocar mis patas en él... De pronto de la nada comenzó a subir, traté de saltar pero mi cuello se encontraba atado a este suelo, llegué a un lugar donde me golpearon tanto que me sentí desesperado, sentí ser torturado por muchas personas, era impotente no poder hacer nada y pude notar que hasta llegué a llorar.

 

Me soltaron y salí por un túnel que al final podía ver la luz del sol, pero al salir me encontré con un pequeño desierto circular y muchos humanos de colores corriendo y haciendo ruido, escuchaba muchas personas gritar, era demasiado ruido, que estoy haciendo aquí, ayúdenme ¡¡¡Dejeme me salir!!!

 

Era demasiado ruido, pero pronto ví como todos se iban a las orillas del círculo, yo solo corría al rededor, buscando la esperanza de poder encontrar una salida, hasta que un hombre de color amarillo sosteniendo algo rojo me retaba a atacarlo.

 

Yo corría al rededor, no quería atacar a nadie, todos gritaban, me sentía estresado, lloraba, gritaba, golpeaba los muros buscando una salida y sentí un cuchillo entrar en mi espalda, mi corazón latía demasiado rápido, mis patas dolían y temblaban.

 

No podía ver, todo era muy borroso y confuso, sentía escalofríos por todo mi cuerpo, pero en un momento dejé de escuchar todo y pude ver a mi familia humana en un pequeño espejismo, soltando una lágrima para al caer en el suelo sentir de nuevo en mi espalda un cuchillo penetrar.

 

Sentía una rabia inmensa, solo quería asesinar a esas bestias que se hacían pasar por humanos, mientras corría con furia hacia ellos gritaba "¡¡¡DESGRACIADOS!!!"

 

Alcancé a dos de ellos, pero aún así lograron lastimarme de nuevo, sentí mi sangre correr por mi cuerpo, casi no podía ni correr y me detuve, todos gritaban y saltaban haciendo ruido, pronto se acercó el hombre con traje amarillo y de la capa roja sacó una Bara que podía reflejar la luz y con mi último aliento le dije llorando "¿Porque haces esto, que he hecho para merecerlo?" Casi se me parte el corazón en mil pedazos cuando aquél hombre sonrió, rió a carcajadas, se dió la vuelta buscando el clamar del resto de personas que gritaban...

 

«en ese momento recordé una breve estancia de mi hogar, esa bella vaca correr feliz entre pasto verde y lleno de luz solar, las flores reflejando su bello rostro y su bella voz llamando me»

 

...aquella bestia se dió vuelta de nuevo y me dijo apuntando con su arma... "Llegó tu fin" 

 

Y atravesó mi corazón...

 

Todo se oscureció mientras sangraba en el suelo...

 

El silencio me acogía enteramente...

 

De pronto de una luz salió el humano amigo que siempre me cuidó y abrazándome escuché su voz decir... 

 

"Vamos amigo, todo terminó, es hora de irnos a casa juntos, nos espera una comida juntos y correr libres de nuevo, correr como lo hacías en nuestro hogar, anda vamos" 

 

Escuché repetidamente la voz de mi vaca, escuché por última vez el ladrar de la perrita amiga... Escuché por última vez una lágrima caer del rostro del humano amigo que sostenía mi pata...

 

Deje de respirar eternamente al morir desangrado en el pequeño decierto de las bestias que me asesinaron...

 

Me levanté en un lugar lleno de luz que pronto se convirtió en una pradera gigantesca, a lo lejos mi vaca, a lo lejos la perrita, a los lejos... Mi padre.

  • Autor: Sweeney Todd (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 22 de febrero de 2018 a las 22:47
  • Comentario del autor sobre el poema: La carta de un toro que nos cuenta su historia, ya que las bestias que asesinan toros no tienen en cuenta su vida, no tienen en cuenta lo que sienten, no tienen en cuenta... Su historia.
  • Categoría: Carta
  • Lecturas: 43
  • Usuario favorito de este poema: Juan Pablo Perez.
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