"La justiciera espada de Dionisio"

Hermes Antonio Varillas Labrador



“La justiciera y necesaria espada de Dionisio”


Sin duda alguna y sin vacilaciones
el hombre es un raro animal
y su comportamiento es tal
que se alimenta de adulaciones.

Para ello sobran los bocones
que con envidia sin igual
sin importarles la moral
de Damocles son sus peones

Grave error el beber a placer
la mentira que nos adula
sin importar origen ni parecer

lo contrario a desesperada gula
preferible una aconsejable adarga
la dura verdad que sabe amarga.

 

Por Hermes Varillas Labrador

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  • Autor: Poemas Potosinos (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 17 de febrero de 2018 a las 09:18
  • Comentario del autor sobre el poema: Un aleccionador episodio de tan legendaria historia en Siracusa, que nos deja como ineludible máxima: "El poder absoluto, como factor determinante o de condicionamiento inevitable, en la mayoría de los casos, corrompe"... Acaso no es esa nuestra realidad en muchos países. Dicho en castellano más elocuente: La historia se repite pero con la diferencia que ahora son miles de Damocles multiplicados como langostas, y ningún viejo y sabio Dionicio, en su lugar, megalómanos... ¿Cuántos Dionicios necesitaremos para aleccionar a esa gran cantidad de Damocles dedicados al culto de la personalidad de más de un megalómano en el poder? "La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestra cuánto se aburren." - Arthur Schopenhauer.
  • Categoría: Sociopolítico
  • Lecturas: 18
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Comentarios2

  • skyfire

    Es de

  • skyfire

    "El desinteres y el odio hacia la politica generan monopolios de poder" y nace el poder absoluto de unos pocos al servicio de ellos mismos. Buena reflexion es tu poema un abrazo

    • Hermes Antonio Varillas Labrador

      Agradecido enormemente amigo skyfire por tu lectura y comentario solidario... Cuando en los países del orbe tengamos gobiernos que estén a la altura de los sabios con la humildad de quien sabe servir y no servirse del pueblo, entonces diremos que no habrá necesidad de anhelar un Dionicio que ande dando lecciones éticas, ni morales, ni colocando espadas filosas sobre "damocleanos" cuellos.
      Saludos cordiales desde mi vapuleada Venezuela.



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