La aurora...
se anuda con su herida,
y de olvido...
se trenza a su retama,
alondras...
dormidas de entretiempo,
en la tarde...
quebrada de trabajo,
y en la corona...
desnuda de sus días,
su beso...
se encela de agua y barro.
La aurora...
se anuda con su herida,
y de olvido...
se trenza a su retama,
alondras...
dormidas de entretiempo,
en la tarde...
quebrada de trabajo,
y en la corona...
desnuda de sus días,
su beso...
se encela de agua y barro.
Comentarios3
laboriosa búsqueda de la plenitud poeta
El transcurrir de una jornada de vida.
Un abrazo.
Esteban
Unnplacer leer tu Agua Escarchada Pani.
Saludos amigo,
David
Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.