Retorciéndome adentro mío

De hecho ningún lugar es bueno para mí. Esta dimensión es una sodomía sin beneplácito, no puedo simplemente dejar de dar crédito a mis ojos.

Creo que me enfermaré del estómago, o ya lo estoy ¿Qué peor que desear tanto?

Nunca me recuesto en la hierba fresca para sonreír mirando al cielo.

Siempre olfateo el recoveco de mi miseria vestida eróticamente,

La encuentro dulce a la madrugada, también de día.

Amo todo lo que sea tacto, todo lo que sea pictórico, ellas me abofetean y me hacen sangrar.

Pero sufro, oh sufro, no hay peor condena que no me dejen elegir si quiero existir. Sufro, oh, amantes, sufro, me irrito todo el tiempo, doy patadas y blasfemo mucho.

Estoy mierdosamente cansado de nacer, las personas solo pasan, parecen simplemente estar allí, no sufren como yo. Oh, nada peor que estar y ser consciente. Estoy cansado de las explosiones, de todos los días entregar mi agotamiento mental, y mis horas, y mi presente (mi pedazo de dios) a unos miserables que me tratan como a un código de barras. Estoy harto de ser un número, extraño mi dimensión, yo no soy de esta estrella, yo soy de muy lejos, ni siquiera se a que he venido a molestarme hasta aquí; creo que soy estúpido.

La gente todo el tiempo me dice que alucino, que no es verdad que el mundo esté pariendo a un hijo muerto, que no hay maldad en las planicies. Estos humanos que depositan toda su atención en el afuera, ¡que estoy diciendo! Tan parecido a ellos estoy, que sufro, oh sufro, si al menos pronunciara la meditación no me sentiría tan loco, pero estoy muy sumergido, toda la destrucción externa es cada vez más galopante, y brilla, y oscurece, y me invita a creer en ella y yo me hundo en esas ilusiones sistemáticamente perfectas, estoy harto de ver y conocer fantasmas.

Oh lobos que rasgan mi piel, oh gusanos: mi mayor premio será sin duda mi muerte. Canto de los descansos con las hendiduras cerradas; no más heridas por insuficientes mentales y sin sensibilidad.

Adentro hay un paraíso que nos espera.