Adicciones de invierno

Ana Maria Delgado

Es un viernes cualquiera

caminando bajo la lluvia,

y de repente, en un instante,

nos volvemos a encontrar,

te acercas lentamente,

y comienzo de prisa

a perderme en ti,

tiemblo impaciente

olvidándome de todo,

tu mirada celeste

se encuentra con mis ojos brillantes y húmedos,

al fin,

después de eternas noches deseándolo,

delicadamente se llenan de ti,

detallan tu rostro,  

tu boca, tu abrigo,

sobrepasan tu piel,

me anclo a ti,

a la tibieza inconfundible de tu cuerpo,

y la esperanza regresa intacta,

desaparece el dolor,

mi memoria se adormece

olvidando que a veces

eres la adicción más perversa.

 

Te acercas retándome,

lenta y delicadamente,

con tu olor a violetas y caramelo,

naufrago sin fuerzas en tus labios únicos

reviviendo con cada rose todos tus recuerdos,

y olvido que una bebida humeante

me espera en el café del parque,

donde unos ojos azabaches

revolotean ansiosos entre la gente,

esperando verme arribar

para recuperar la esperanza.

Llevate gratis una Antología Poética ↓

Recibe el ebook en segundos 50 poemas de 50 poetas distintos Novedades semanales


Comentarios1

  • JAVIER SOLIS

    después de eternas noches deseándolo,
    naufrago sin fuerzas en tus labios únicos
    esperando verme para revivir la esperanza.

    Bonito gracias por conpartirlo Poeta.
    Con cariño
    JAVIER



Para poder comentar y calificar este poema, debes estar registrad@. Regístrate aquí o si ya estás registrad@, logueate aquí.