Lo qué...

Perfectamente en la oscuridad concibo que me gusta todo lo que eres, adoro tanto ese perfume cuyo nombre desconozco, estoy a muy poco de hacerlo habitar en mi nariz, tengo tus defectos casi extraviados, extraviados por cada parte de tu piel.
Jamás disfrute una respiración, no hay mejor lugar sino cerca de tu boca, es ahí donde me siento seguro, cuando mi cuerpo me dice que estoy vivo, cuando amo a todos los humanos, cuando quisiera guardarte en una botella; para restregar tu olor sobre mi.
Labios míos, amigos de tus cabellos, más que confidentes, más que familia si es que existe unión superior a ésta, lo son todo, son anhelo, son deseo, son memorias, son camino, son el viaje, son despeinados sobre tu mejilla la imagen causa de ebullición que es el destino.
Oigo a mis dedos lamentar por el tiempo, se notan cabizbajos, los veo haciendo fiesta entrelazados ya.
Me adormeces cuál opio a los enfermos, no me exentas de tu encanto, no me das mejor droga que la misma de tu ser, cuando el sol sacude tus cejas, cuando despiertas y vas a tu puerta, yo vivo enfermo, enfermo y no busco sanar.
Llega la hora en la que mi lengua se pone honesta, y te repito que me gusta todo lo que eres