AL AZAR

 

“Suerte o no, destino o no,/ sólo Dios tiene la clave,/ las puertas para abrir mis caminos las abro yo,/ pero a veces me falta la llave”.

 

Pasaron cosas entre tú y yo, cosas duras,

causas de tristezas, algunas amarguras

y tú le atribuiste todo al destino, al azar.

Me pregunté si acaso sería verdad eso

y si no estabas cayendo en algún exceso

al creer que el destino tanto podía lograr.

 

Fui un día a realizar una acción secreta,

acudí a un lugar donde había una ruleta;

si hablaste de azar, era el lugar indicado.

Deseaba someter a prueba a la suerte,

saber si el hecho de tenerte o perderte

era asunto no decidido o predestinado.

 

Pensé en nuestra relación de una vez,

Le di vuelta a la ruleta y salió el tres…

pero lo de nosotros era asunto de dos.

Atribuí lo del tres a la pura casualidad,

pues en materia o tema de fidelidad,

siempre hubo un juramento en tu voz.

 

Vuelta a la ruleta, al uno ahora le tocó,

el hijo que querías tú, el que deseaba yo

y ¿casualidad? ¡Justo en eso pensaba!

No quise en el momento impresionarme,

después de todo, yo iba a equivocarme

si al final al azar tanto crédito le daba.

 

Y continuó rodando y rodando la ruleta,

retar al azar era en ese instante mi meta,

no podía ser que el azar acertara tanto.

Ocho meses fue lo que duramos, es así

y salió el ocho y claro que me sorprendí

¡y creo que no podrás imaginar cuánto!

 

Por último recordé el sentimiento mío,

nunca correspondido… pero verdadero;

asumí que en tu corazón había un vacío,

lo que sentí, no lo niego, fue muy triste

en mi mente la pregunta, si me quisiste…

y allí, justo al detenerse la ruleta… el cero.

 

Original de Álvaro Márquez
Caracas, Venezuela
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