Rocío

timpd

La melancolía del domingo se infiltra en la tinta de mi pluma.

El cielo vespertino parece más gris que nunca.

Me doy cuenta de que la amé, ella quien ya no está, ella quien me quiso tanto.

Cada tarde nublada, acostados en el pasto bajo nuestro olmo, me decía que me daría un beso por cada gotita de lluvia.

Sus ojos brujos, dos solitarias gotas de rocío, me persiguen aún hoy.

¿Cómo fue que la perdí a ella?

Las dudas y la carga de la semana que viene me agobian.

Las nubes empiezan a llorar conmigo.

Todavía la busco bajo nuestro árbol; busco su voz melosa y aliviadora, pero el mensaje de su contestadora no me consuela.

Me doy cuenta de que la amé, ella quien no toleraba el Chanel de otra mujer en mi camisa, y el whisky en mi aliento.

(Desatención, distracción, os odio a las dos.)

El viento que gira me trae de vuelta su risa fresca una última vez.

Aquel gozo fue tan fugaz, este dolor tan largo.

En las nubes en movimiento, veo los niños que no tuvimos jugando juntos.

  • Autor: timpd (Offline Offline)
  • Publicado: 31 de diciembre de 2017 a las 11:03
  • Comentario del autor sobre el poema: Inspirado en el poema XX de Neruda.
  • Categoría: Amor
  • Lecturas: 18
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