Subí a la cima...
del inmortal deseo,
donde el sueño
susurrado...
apenas se nos desvela
breve,
entre estrellas apagadas
por la ausencia
de latido,
Oh clemencia
manifiesta...
deshojada
en la inmisericorde
e inmaculada,
presencia descuidada
por el perfume
de su beso...
allá donde la orquídea
de su risa,
se nos desvela
extinta y tenue...
en el arco desbocado
por su herida.
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