GADITANA, QUE DESGRACIA LA MIA...

Que desgracia la mía

Cruzarme en tu camino,

En Conil el verano de 2017

Y Clavar en tu corazón un espino,

Pues actué

Con gran desatino,

Como un mezquino,

Y ahora me lo recrimino.

Espero que a tu existencia,

Haya vuelto la alegría

Y que cicatrice aquella herida

Que te hice aquel día,

Realizada por la débil

Voluntad mía.

Ojala que un chico

Haya borrado de tu vida,

El recuerdo de no haber sido

Por mi defendida,

Y consiga que estés distraída,

Y no vuelvas a estar cariacontecida.

El cansancio de la noche anterior

Por no haber dormido,

Me hicieron actuar con desatino,

Me cogió desprevenido,

Y me deje manipular

Por aquel llorica sibilino.

Me da mucha pena,

No haberte dado,

La importancia de a mi lado tenerte,

Pues ahora mi existencia

Se ha convertido

En vida inerte.

Que miseria la mía,

Que tu, ángel alado

Se halla conmigo cruzado,

Y mi voluntad haya fallado,

Me arrepiento,

De haberme estrellado,

Dejar tu corazón desamparado,

Pensarás que soy

Un desalmado.

Para mi eres la mujer soñada,

Chica sacada de cuento de hada,

De impresionante mirada,

De dulce voz aterciopelada,

De tersa piel dorada,

De melena cuidada,

De preciosas curvas

Por mí deseada,

De conversación ilustrada,

De intelectualidad aumentada,

De porte agraciada,

De carita bienintencionada,

Y voy yo,

Y de te dejo desalmada,

Desilusionada y desconsolada,

Maldita la hora,

Que me cruce en tu mirada.

Mi alma se ha convertido en errante,

Cumplo una condena constante,

Me gustaría no haber apagado

Tu mirada brillante,

Pues es para mí desesperante,

Recordar aquel instante,

Donde me comporté

De manera desconcertante,

Y deshumanizante,

Sólo a mí se me ocurre dejar escapar

A un ángel como tú,

Tan impresionante,

Ya que fui decepcionante,

Mi comportamiento intolerante

Mi conducta vergonzante,

Que de manera fulminante,

Cedí ante el lamento

De mi falso amigo arrogante,

De comportamiento irritante,

Que vino como un atacante,

De manera liante,

Y lloros de tunante,

Mi voluntad cedió en aquel instante,

Y te hice daño

De manera horripilante.

Maldita sea

No haber ido a Playa Roche,

A pedirte perdón,

Por lo que te hice

Aquella noche.