Sin nombre.

Me mira y sonríe.

Admiro aquella sonrisa proveniente de sus labios. Me fascina.

No quiero que deje de sonreír.

"No me hagas sufrir" ruega.

Pero cariño, te haré rogar, te haré gritar, te haré temblar. Mi pequeña mariposa, eso eres. Mi estabilidad.

Amarla no es una opción, matarla tampoco lo es.

La beso en la mejilla y la cubro entre mis brazos. Un suspiro sale desde el fondo de su alma. Una lágrima brota y se desliza por su rostro, aquella porción de dolor y pureza termina cayendo al vacío.

¿Cómo puede ser tan ingrata? 

Después de recorrer todo su ser ¿Se atreve a marcharse?

Llegará el día en que tenga que matarte, pero no deberás dudar que te amo demasiado.

Suplicame que te deje respirar.

Aclama mi nombre.

Ruega por más.

Conplaceré los límites de tu ego, tus manías, caprichos, tus locuras. Locura que sale de tu mente y alma para terminar en tus manos convertida en sangre.

No dejes que nadie te corrompa, tienes mi marca personal. La marca del diablo.

Y llegará el día en que tenga que matarte, pero no deberás dudar que te amo demasiado. Firmaste el trato en el momento en que te atreviste a mirar a través de mis ojos, hasta mi alma. En cuanto te diste cuenta de la oscuridad que habitaba dentro de mí y aún así permaneciste.

H-H