Mi regalo de cumpleaños.

Nadia Belén Almazán Andrade

Haciendo una comparativa, me he desconsolado.

Me miro al espejo, y no me reconozco. Evidentemente no soy la misma que era el día de ayer.

Ni la de hace un mes, ni la de un año.

Sin embargo soy yo. Aquí.

Parada frente a vidrio que plasma una verdad, pero no la realidad.

Soy esto y soy real. Y me asusta.

Me ahuyenta y me rompe saber que me he perdido y me he fallado.

Me hace no querer salir de este valle de lágrimas, que estuve tratando se secar.

Pero fracasé.

El río que crearon mis ojos, me sirvió para regar el jardín y nacieran nuevas plantas, nuevas flores.

Árboles crecieron en mi interior.

Y pude respirar más aire fresco.

Aunque ahora fumo más que hace unos años.

Ya no me ahogaba. Ya no lo hago.

Aunque ahora bebo más que hace unos años.

Y me quiero. Y me gusta. Y me acepto.

Sin embargo, me doy tristeza. Me lamento a mi misma.

A veces, también me extraño.

El año anterior tuve la satisfacción de estar celebrando mi aniversario de vida.

En un escenario, con la mano de un compañero amoroso, con familia, con amigos, conmigo misma.

Era yo.

Era.

Y soy.

Y cuántas cosas no pueden pasar en días, en segundos... en un largo año.

Me detengo a pensar y reflexiono un poco.

Trato de entenderme y me cuesta trabajo.

Trato de tomar el control de mi misma, y no quiero.

Me baño en el río, lo observo y sumerjo mis manos, mi cara.

Veo sangre, siento lodo en mis pies.

Este año, celebro mi cumpleaños...

Y hay nuevas caras, nuevos amigos; pero ya no hay escenario, hay una oficina.

Está mi compañero, pero no como quisiera... no como quisimos alguna vez.

Se fueron dos abuelos, mi madre está viva y está mi familia. Bendito sea.

Cuántas cosas nos puede decir un espejo...

aunque algunas veces quisiéramos que se quedase callado.

Este día, dicidí leerme. Pensé que através de mi lectura saboraría un poco la esencia que compartía.

Y así fue... y me sentí introducida en un lugar sin luz. Un poco vacía y más delgada.

Me sentí con la necesidad de hacerme saber, que sigo, estoy, permanezco.

Y entra en duda si en realidad, me estoy transformando, si me evolución sigue siendo constante...

o si estoy estancada.

Decidí darme un regalo. Uno diferente.

Entre este lugar con música alternativa y estrellas por doquier, comencé por tomar mis cuadernos.

Donde escribo acerca del amor, de la vida, de los amigos, de la infancia, de los ratos amargos.

Tomé ropa y comencé a crear un mono de nieve con mil colores, como si fuese una piñata.

Deshabilité mis pinturas y mis cuadros. Y cambié mi habitación a un sitio minimalista color blanco.

Me deshice de papeles inservibles y fotografías que ahora ya no tienen valor.

Pero, la habitación sigue llena de mí.

Comencé a bailar, volví a llorar en un escenario.

Me culpo de no asistir al teatro, no terminar libros que comencé y dejar pausados varios conciertos.

Me inquieta la idea de no entrenar mi deporte favorito, e incluso en ocasiones no cuidar mi alimenación.

Me encantan los chocolates, la pizza y el helado. El tequila "7 leguas", y el veneno de la piel de un hombre.

Tengo el propósito de quitar estos malos hábitos de una vez por todas...

Tal vez, poco a poco.

He decidido regalarme tranquilidad y pureza. Paciencia y perseverancia.

He decidido darme el amor que he esperado tanto.

Me voy a dar más viajes, como anteriormente y libertad.

Me aferraré a todos esos objetivos inconclusos y pausados que están en el rincón, los desempolvaré y retomaré mi camino.

El camino que el amor más sincero que me tengo ha creado.

Me regalaré unos ojos fotográficos para permanecer con los recuerdos más hermosos.

Guardaré también los malos, porque de ellos he aprendido.

Me daré la fuerza, la voluntad y la pasión con la que sé vivir DÍA A DÍA.

Y... me permito; me regalo apreciarte por última vez.

Que estés presente en este cumpleaños, en compartirte mi alimento y abrirte las puertas de mi casa.

Pero te pediré... que no te quedes en la puerta. Que si decides irte, lo hagas. Y que ya no estorbes... alguien más querrá entrar por ahí.

Tomaré mis manos en puño y aceptaré que no es recíproco. Que por más que te ame... me amo más a mi.

Me daré la oportunidad de mirar otros ojos y conocer más personas.

Y entregaré todo lo que pueda dar, solo si esa persona está dispuesta de la misma manera a amar.

Por mientras... me lo daré a mí.

Me lo debo. Me necesito ahora.

Y me masturbaré todos los días, dándome amor.

Y me maquillaré todos los días, por que me encanto.

Y me vestiré como más me guste, por que soy libre.

Y saldré a conocer nuevas personas, por que son mundos interesantes.

Y bailaré hasta que me quede sin aliento, por que me llena.

Y cantaré a todo pulmón, por que me siento plena.

Y en distintos aeropuertos sacaré mi ukulele y cantaré como una loca, por que así me gusta ser.

Y abrazaré con intensidad. Y observaré sin prejuicios. Y agradeceré todos los días.

Por otro año de vida. Por otro día. Por otro segundo.

POR UNA NUEVA OPORTUNIDAD.

  • Autor: Nadia Almazán (Seudónimo) (Offline Offline)
  • Publicado: 2 de diciembre de 2017 a las 21:21
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 60
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Comentarios1

  • Lincol

    Vaya reflexión y qué manera de ver y decir las cosas. Un soliloquio de aquellos que dejan latente una interrogante.

    Es un placer leerte estimada amiga. Que Dios la bendiga. Feliz cumpleaños y saludos a la distancia.



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