Mina de Plata (Bustarviejo)

Héctor Martínez Sanz

Todo muerto en la mina del antepasado minero,
Cerrada la bocamina que permanece en silencio;
Muerto todo en el camino que sube de Bustarviejo,
Por entre los altos pinares y un frondoso robledo;
Las mandíbulas calladas como los pozos maestros,
Las tolvas oxidadas solas y los molinos quietos
Testigos mudos, inertes, históricos, del vallejo.
Y entre tanta mortedumbre del pozo de plata seco,
Estabas tú, tiempo ha, desde aquel pasado ya sin ecos;
Las voces de aquellos hombres resuenan en tus adentros,
Voces que fueron pico y pala, gritando contra el viento,
Por las gargantas y sus cuerdas, los barrancos y cerros.
Tú, piedra de escombrera, escoria y no metal argénteo,
Partida en dos y olvidada entre otros cantos y desechos,
Tú, con tus franjas de genética de cuarzo y de arsénico,
Tú, con tu adn de joya y tu máscara de veneno,
Tú, con tu rostro de bella serrana y corazón pétreo,
Tú, arrancada del mundo por la fuerza y sin objeto,
Sobre mi palma pesas con la gravedad de lo eterno,
Como en una balanza que pesa mis propios recuerdos
Y la experiencia extraída del singular yacimiento
Que es la vida y su inmenso filón rocoso de sucesos.

*

Los carámbanos fríos que habitan y penden del techo
En la galería excavada con sudor metro a metro,
Son espadas de Damocles forjadas por cada invierno
En la materia del agua fluida vuelta sólido hielo,
—En la memoria invisible de las gentes del pueblo—
Y amenazan aquellos pasos pérdidos del venero
Con el barrido de sus huellas y el sino de sus huesos.
Y en aquel laberinto de túneles y sentimientos,
Tú, piedra callada, estuviste una vez todo el tiempo,
Tú fuiste compañera y confidente de los secretos
De hombres que ya son hoy meras sombras negras bajo el suelo.
Tú existes allí donde los hombres de siempre existieron,
Allí donde un mundo muy distinto, quizás más auténtico,
En el que vivir no era fácil, y morir, un remedio,
Medía a los hombres y no los medía por su sexo,
Más que por su ideología y más aún que por su credo,
Más que por la familia, su origen o por sus dineros,
Los medía por su trabajo, buen ánimo y su esfuerzo,
Por su capacidad de seguir frente a los sufrimientos,
Frente al dolor en el alma por el dolor de sus miembros.
Allí donde tan caros se pagan los burdos intentos,
Allí donde no se pagan justamente los aciertos,
Ese mundo tan grande al vivir y al morir tan pequeño,
Medía al final de sus días al hombre por su cuerpo
Para recibirlo y abrazarlo y sepultarlo en su seno
Y cubrirlo y enterrarlo y poco a poco deshacerlo,
Mezclarlo con el mineral por el cual partió su pecho
Durante toda una vida que fue un soñar incompleto.
Tú, piedra, tienes algo de esos hombres que ya se fueron,
Tú, piedra, tienes y eres parte de cada uno de ellos,
Tú, piedra, estás hecha de su carne recia y de su aliento.

A ti —tú la piedra descarnada— conmigo te llevo
Y en ti me traigo los fantasmas de Guadarrama entero.

8 de noviembre de 2017

  • Autor: Héctor Martínez Sanz (Offline Offline)
  • Publicado: 16 de noviembre de 2017 a las 19:34
  • Comentario del autor sobre el poema: Poema inspirado en la zona de la Mina de Plata en Bustarviejo (sierra de Guadarrama), y los antiguos pozos de plata y arsénico abiertos desde el s.XVII.
  • Categoría: Reflexión
  • Lecturas: 59
  • Usuarios favoritos de este poema: AZULNOCHE, Arendy Nazar, Alfredo Daniel Lopez.
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Comentarios3

  • MARFRAM

    hola que tal mira me parece que esta bien tu poema pero en opinion esta algo simple un poco de figuras como metaforas mas suaves o es que tienes miedo ha hacer algo nuevo

    • Héctor Martínez Sanz

      Bladimir,
      Muchas gracias por tomar tiempo en leerme. Tienes razón en la sencillez (es a propósito, no por miedo); la suelo preferir al expresarme. Dentro de esa sencillez hay tropos de sentido claro (metafóricos, metonímicos, prosopeyas...) que someto a vuestra consideración: «franjas de genética de cuarzo y de arsénico», «adn de joya», «máscara de veneno», «voces que fueron pico y pala», la vida como «yacimiento (...) filón rocoso de sucesos», los carámbanos «Son espadas de Damocles forjadas por cada invierno», la galería son «laberinto de túneles y sentimientos», «tú la piedra descarnada».
      Otros son juegos polisémicos: «mandíbulas» que refiere tanto a una herramienta como a la boca del minero; «garganta» y «cuerda» se refieren tanto a lo geográfico como a la anatomía humana; y antónimos (oxímoron): «En la materia del agua fluida vuelta sólido hielo», «tan grande al vivir y al morir tan pequeño».
      También eché mano de la repetición anafórica y paralelística, sobre todo en los apóstrofes o apelaciones a la piedra al final de cada parte para dotar de solemnidad al verso, o derivaciones léxicas y figuras de supresión (verbos, conjunción).
      Todo ello, es verdad, bajo el criterio de la sencillez.
      Disculpa que me haya extendido. Te vuelvo agradecer tu acertado comentario y aportación.

      • MARFRAM

        no te preocupe yo estoy seguro que de ti aprendere nuevas cosas.

      • Alfredo Daniel Lopez

        Exquisitos versos hexadecasílabos con monorrima asomante, de hemistiquios ( 9 y 7, 8 y 8, 7 y 9; como detallo en su explicación, está llena de recursos -tropos- poéticos. Discrepo con mi compañero al calificar de simples o flojos -este ultimo adjetivo calificarivo es mío- los versos. Hay mucho por analizar además de lo que usted argumenta. Así en una visión a vuelo.de pájaro, puedo observar una posible trimembracion, algunas bimembraciones, un hiperbaton decreciente y alfúnos otros posibles hiperbatones, además del quiasmo, figura esta ultima con la que deseo aprender a trabajar, pues me fascina.
        El fondo del poema, que representa la vida del mismo, nos habla del dolor, de la dureza de la vida del minero, y como cada que baja los túneles un poco de él muere. Sin el sacrificio dd estos grandes pequeños hombres, hoy no tendriamos lo que tenemos ni seriamos lo que somos. Solo la piedra es testigo eterno e inmóvil, de esta dura forma de ganarse la vida... y no solo con el sudor de la frente.

        Un abrazo grande poeta.

        • Héctor Martínez Sanz

          Querido Alfredo Daniel,

          De nuevo gracias por su rico análisis (a vuelo de pájaro). Las figuras de quiasmo y retruécano son realmente expresivas (Quevedo: «¿Siempre se ha de sentir lo que se dice? / ¿Nunca se ha de decir lo que se siente?»). Otra parecida y muy efectiva es la figura de complexio o complexión, p. ej. San Juan de la Cruz en "Subida al Monte Carmelo":

          Para venir a gustarlo todo,
          no quieras tener gusto en nada.
          Para venir a poseerlo todo,
          no quieras poseer algo en nada
          Para venir a serlo todo,
          no quieras ser algo en nada
          Para venir a saberlo todo,
          no quieras saber algo en nada.

        • Alfredo Daniel Lopez

          Gracias por tu respuesta querido Héctor, pero.permite que incida en un tema que me esde especial interés. En la Universidad me pediran analizar un texto del Siglo de Oro, y otrp de la Edad Media. Debemos empezar analizando el "cascarón" del poema, por ello te agradecería que me digas si son versos hecadecasílabos (creo que así le llaman los versos de 16 sílabas métricas), si están escritos en hemistiquios asométricos, por último sin son versos monorritmos que riman en asonante, en este caso en "e - o". Te solicitoesta verificación o su correspondiente corrección, por la la primera parte del comentario del texto, describir si es un poema, su estructura y forma, para luego pasar a los detalles de los tropos que tan bien has explicado. Considerando que de Quevedo algún soneto nos caera en el examen, la cantidad y variedad de tropos que utiliza, nos obliga a un análisis aunque rápido en el tiempo, lento en su dicernimiento; aquí lods quiasmos y los retuecanos cobraran mucha importancia en su identificación. Bueno no me enrollo más que para ello si soy bueno, je, je, je.
          Espero tu gentil respuesta y si algún día te queda tiempo y puedes hacer un análisis lírico del Soneto V de Quevedo, te estaría muy agragecido. Me voy ya a la Universidad.

          Un abrazo grande amigo y poeta.

          • Héctor Martínez Sanz

            Querido Alfredo Daniel,

            Sí, claro que es correcto. Son versos hexadecasílabos (u octonarios) monorrimos en asonancia \"e-o\". Hizo falta echar mano de algún hiato métrico y de sinéresis. La longitud del verso exige en su mayor parte, por supuesto, cesura o pausa que ayude a la entonación; aunque, en efecto, no se trate de isostiquios, sino de divisiones asimétricas o heterostiquios.
            Otro abrazo.

            Postdata: ¿Soneto V de Quevedo? En mi volumen de obras completas del querido Francisco Gómez de Quevedo y Villegas vienen con título (a quién o aunque sea el primer verso). ¿Quizás Garcilaso de la Vega?



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