Leonor

Hoy será un día inolvidable.

La ventana principal frente a mi puerta ya no era la misma,

los colores de la madera se habían opacado

y las grietas de los bordes se acentúan con la llegada del sol,

mientras mi cigarro se consumía y los restos de alcohol

que quedaban en mi cuerpo se desvanecían,

las ideas inconclusas, confusas, revueltas e imparables

se apoderaban de mi ser nefasto y repudiable.

Leonor.. esa Leonor era la culpable.

Cuando juntos cantábamos las hipocresías de la vida , llenos de frustraciones, melancolías, pasiones , luchas y utopías.

Cuando pensábamos que seríamos guerrilleros imparables e inalcanzables.

Cuando mirábamos el mundo desde nuestros pedestales,

Cuando pensábamos en  lo radiante que sería la vida sin capitalismo

y lo ilógico de los abismos entre los países.

Cuando tu imitabas a Foucault con tus aires de feminista psicoactiva

y yo tocaba las notas más antiguas de los confines intergalácticos.

No fuimos ni guerrilleros, ni luchadores,

ni los mejores, ni los peores, solo fuimos del montón.

El grano de arena que se desvaneció en los confines del mar,

la mirada de un ser racional envuelto en los amoríos más violentos,

la juventud en la esencia misma.

Cuanto tiempo habrá pasado desde aquellos días,

cuantas horas habrán pasado desde que ya no eres mía,

cuantos minutos habrán pasado desde que te fuiste

y cuantos segundos habrán pasado desde que escuche tu voz por última vez.

Hoy será un día inolvidable,

mientras lentamente regresaban  esos sueños indescifrables,

infalibles e irrefutables

de tu silueta desnuda bailando los colores más radiantes,

esos que nunca más  volví a ver.